Uno de los sueños de una rama de la ciencia y la medicina es el de lograr la regeneración de órganos y otras partes del cuerpo y para eso estudian diferentes animales que poseen esa asombrosa capacidad, como lagartijas, ajolotes, ciervos y el verdadero animal inmortal: la planaria, que se regenera a partir de células madre.
Ahora, en un artículo en iScience, científicos aportan el caso del primer mamífero que logra regenerar órganos internos. Es el ratón de espinas, del género Acomys, que se distribuyen por África, Oriente Cercano y Creta, dice Wikipedia.
Los investigadores, encabezados por Mark Majesky de la University of Washington, encontró que regeneran el riñón, cuya falla en los demás ratones conduce a la muerte.
Del ratón de espinas se sabía que tenía capacidad de sellar severas heridas de la piel, sin dejar cicatrices.
Los ratones fueron expuestos a condiciones en las que se afectaban sus riñones, regeneraron uno sin que quedaran huellas de alguna lesión, un proceso que desarrollaban en solo dos semanas.
Al indagar por los responsables genéticos de este inusual caso, los estudios sugieren que el genoma de este ratón lanza, al momento de una lesión, una rápida respuesta regenerativa en las células que sobrevivieron del riñón.
Al comparar con ratones del género Mus encontraron diferencias en 843 genes en seis grupos únicos.
También encontraron que lograban retrasar una la respuesta del sistema inmune y sus macrófagos, que tienen un papel en la fibrosis (cicatriz).
¿Se abre un campo de estudio para tratar la enfermedad renal crónica en personas? Eso estiman estos investigadores.
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