-Se extinguieron ya 680 especies de vertebrados
- 20 % se ha reducido abundancia de especies
- 75 % de los ambientes terrestres y 66 % de los marinos alterados por los humanos
-Revelador informe del IPBES sobre el estado de la biodiversidad mundial
(Imagen: basuras en Bali. Foto Shutterstock)
Estamos
acabando con la naturaleza: más de 1 millón de especies de animales y de plantas
tienen hoy amenaza de extinción. A no pocas les quedan pocas décadas de
existencia. Un declive más fuerte que antes de que existieran los humanos.
No
es un invento. Es el reporte más grande de evaluación de la biodiversidad
global hecho hasta hoy, entregado por la Plataforma de Ciencia y Política sobre
Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (Ipbes), informe aprobado en la plenaria
de la sesión 7 que se cumplió hasta e sábado en París.
La
situación es en realidad dramática. La abundancia promedio de las especies
nativas en la mayor parte de los hábitats terrestres ha caído 20 %, sobre todo
desde 1900. Más del 40 % de las especies de anfibios, casi 33 % de los corales
de arrecifes y más de 1/3 de todos los mamíferos marinos están amenazados.
No
son tan claros los datos en cuanto a insectos, pero se cree que al menos 10 %
está bajo amenaza.
Desde
el siglo 16, al menos 680 especies de vertebrados se han extinguido y más del 9
% de las razas de mamíferos domésticos usados para alimentación y agricultura
estaban extintas a 2016, con al menos 1.000 razas más amenazadas de extinción.
“La
contundente evidencia de la Evaluación Global del Ipbes, desde un amplio rango
de diferentes campos de conocimiento, presenta un cuadro ominoso” opinó Sir
Robert Watson, director del Ipbes. “La salud de los ecosistemas de los cuales
nosotros y otras especies dependemos se está deteriorando más rápido que nunca.
Estamos erosionando los cimientos de nuestras economías, modo de vida,
seguridad alimentaria, salud y calidad de vida globalmente”.
“El
reporte también nos dice que no es demasiado tarde para hacer diferencia, pero
solo si comenzamos ahora en cada nivel, de lo local a lo global”, dijo. “A
través de un cambio transformador, la naturaleza se puede conservar aún,
restaurar y usar sosteniblemente, esto es clave para obtener toda las metas
globales”. (80 % de los objetivos de desarrollo sostenible están camino a no
ser cumplidos por el deterioro de la naturaleza).
El
reporte no es un informe más, es lo más serio que se ha hecho. Fue compilado
por 145 autores expertos de 50 países en los últimos tres años, con
colaboraciones de otros 310 autores, y evalúa cambios observados en las últimas
5 décadas, suministrando una imagen integral de la relación entre los caminos
del desarrollo económico y sus impactos en la naturaleza. También ofrece un
rango de posibles escenarios para las próximas décadas.
Este
informe, basado en la revisión sistemática de unas 15.000 fuentes científicas y
gubernamentales, también ilustra sobre el conocimiento indígena y local, en
particular en asuntos relevantes a los indígenas y comunidades locales.
“Las
contribuciones de la biodiversidad y la naturaleza a la gente es nuestra herencia
común y la red de soporte de la vida más importante para la humanidad. Pero
nuestra malla de seguridad se ha estirado casi al punto de rotura”, expresó la
profesora Sandra Díaz de Argentina, quien codirigió el reporte con el profesor
Josef Settele de Alemania y Eduardo S. Brondizío de Brasil y Estados Unidos.
“La
diversidad entre dentro de las especies, entre ellas y los ecosistemas, así como las contribuciones
fundamentales que obtenemos de la naturaleza, se están reduciendo rápido,
aunque todavía tenemos medios para asegurar un futuro sostenible para la gente
y el planeta”.
(Imagen: mina de cobre en España, transformando el paisaje. Foto Shutterstock)
“Los
ecosistemas, las especies y poblaciones silvestres, las variedades locales de
plantas domesticadas y de animales se están encogiendo, deteriorando o
esfumándose. La esencial e interconectada red de vida en la Tierra se está
haciendo más pequeña y cada vez más deshecha”, según el profesor Settele. “Esta
pérdida es un resultado director de la actividad humana y constituye una
amenaza directa al bienestar humano en toda las regiones del mundo”.
El
informe estableció los culpables de este gran desastre, en orden descendente:
1. Cambios en
el uso de la tierra y el mar;
2. Explotación
directa de organismos;
3.
Cambio
climático;
4.
Contaminación
y;
5.
Especies invasoras.
Se
advirtió que desde 1980 las emisiones de gases de invernadero se duplicaron, la
temperatura global subió al menos 0,7°
Celsius –con el cambio climático impactando la naturaleza a nivel de
ecosistemas y en su genética, impactos que se cree aumentarán en las próximas
décadas.
Entre
los factores indirectos que han incidido en este declive de nuestros recursos,
figuran el aumento de la población, el mayor consumo per cápita, y la
innovación tecnológica que en algunos casos ha disminuido el daño a la
naturaleza pero en otros lo ha aumentado, resumió el profesor Brondízio.
Más
datos negativos
Otros
hallazgos notables del reporte son:
•
¾ de todo el ambiente terrestre y 66 % del marino han sido alterados por acción
humana. En promedio esas tendencias han sido menos severa so no se han dado en
áreas manejadas por pueblos indígenas y comunidades locales.
(Imagen: tortugas Hawksbill, en Maldivas. Foto Shutterstock)
•
Más de un tercio de la superficie de tierra y casi 75 % de los recursos de agua
dulce están ahora destinados a producción de cultivos y ganado.
•
El valor de la producción de la cosecha agrícola ha aumentado por 300 % desde 1970,
la obtención de madera ha subido 45 % y cerca de 60.000 millones de toneladas de
recursos naturales renovables y no renovables son extraídos cada año
globalmente, habiéndose duplicado desde 1980.
•
La degradación de la tierra ha reducido 23 % la productividad de la superficie
terrestre, más de US$ 577.000 millones en cosechas anuales están en riesgo por
la pérdida de polinizadores y de 100 a 300 millones de personas están en riesgo
mayor de inundaciones y huracanes por la pérdida de hábitats y protección
costeros.
•
En 2015, 33 % de los stocks de peces marinos estaban siendo recogidos en
niveles insostenibles, con solo 7 % pescado a niveles más bajos de los que
pueden ser sostenibles.
•
Las áreas urbanas se han más que duplicado desde 1992.
• La contaminación por plástico ha aumentado
por 10 veces desde 1980, 300 a 400 millones de toneladas de metales pesados, solventes,
residuos tóxicos y otros desperdicios de las industrias son vaciadas a los
océanos, mientras que los fertilizantes que llegan a los ecosistemas costeros
han producido más de 400 zonas muertas marinas, sumando más de 245 000
kilómetros cuadrados, un área combinada más grande que el Reino Unido.
•
Las tendencias negativas en la naturaleza continuarán a 2050 y más allá en
todos los escenarios explorados por el informe, excepto aquellos que incluyen
cambios transformadores, debido a los impactos proyectados en cambios de usos
del suelo, explotación de organismos y cambio climático, con diferencias
significativas entre regiones.
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