jueves, 25 de marzo de 2021

Clonaron segunda especie amenazada de extinción


La clonación puede ser la única salvación del turón americano. Foto USFWS

Es un animal simpático, curioso, de cuello largo y patas negras. No mesa dos kilos y mide solo unos 70 centímetros. El turón de patas negras Mustela nigripes está casi extinto mas ahora la especie, que otrora pobló las praderas de Estados Unidos, tiene una oportunidad, una que brinda la ciencia.

A finales de diciembre pasado nació Elizabeth Ann, una hembra lograda mediante clonación, para la que se utilizaron células de un individuo muerto.

Es que se cree, según WWF, que quedan menos de 370 turones con vida.

Es la segunda especie en ser clonada con fines de supervivencia. La primera fue un individuo de un equino: Kurt, un caballo de Przewalski.

La clonación fue posible con el trabajo de Revive & Restore, una firma sin ánimo de lucro, junto al servicio de la vida silvestre de Estados Unidos, ViaGen Pets & Equine, San Diego Global Zoo y la Asociación de Zoológicos y Acuarios.

Tras Elizabeth Ann vienen unos hermanos clonados y unas potenciales parejas.

El turón de patas negras fue la primera especie en ser reintroducida a sus antiguos hábitats gracias a la inseminación artificial y ha sido por buen tiempo una especie modelo para el uso de nuevas tecnologías de vida.

Un informe en The New York Times cuenta que a comienzos de los años 1900 abundaban en sus madrigueras en la tierra en el oeste americano, pero poco a poco fueron desapareciendo y la razón era clara: su alimento base, el perro de la pradera, comenzó a extinguirse por envenenamiento, plagas y la pérdida de hábitat.

Se creyó que el turón había desaparecido, hasta que en 1981 un perro encontró uno muerto en el portón de un rancho wen Wyoming. La esposa del ranchero lo llevó al taxidermista quien detectó que su muerta era reciente y alertó al servicio de vida silvestre. 

Esta población floreció por unos años, pero los perros y la plaga por una bacteria (que en humanos causa la peste bubónica) la diezmó.

Se capturaron 18, pero solo 7 pudieron transmitir sus genes, dejando una población de poca diversidad genética susceptible a enfermedades. Hoy todos los turones vivos son hermanos medios y eso no es bueno para su supervivencia.

Ahora llega Elizabeth Ann, descendiente de células de una hembra, Willa. Fue la firma VianGen la que creó los embriones y los implantó en un hurón doméstico subrogado. A los 14 días e confirmó el latido del corazón.

La hembra clonada nació el 10 de diciembre mediante cesárea.

La criatura  permanecerá en el centro de conservación, se le juntarán dos hermanas (clones de Willa también) y posibles parejas. Todo el tiempo se monitoreará su salud. Cuando los clones alcancen la madurez sexual, se espera que críen y su descendencia será luego apareada con turones silvestres para asegurar que no quedan residuos del ADN mitocondrial de la madre subrogada.

¿Qué sigue? Revive & Restore irá tras la clonación de la paloma pasajera y del mamut lanudo, proyectos no solo más costosos sino que generarán un gran debate.

Para algunos, en el éxito de estas tecnologías está la gran posibilidad de salvar especies de la extinción. Para otros, un desperdicio de recursos cuando se trata de revivir algunas ya perdidas del todo.

La discusión se aviva.

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