Mientras el mundo sigue inmerso en sus cosas, sean guerras o desarrollos del ingenio y la infraestructura o el devenir económico y social, hay una gran realidad que no se detiene y genera gran inquietud: el cambio climático.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático -IPCC en inglés- presentó su nuevo reporte y la conclusión no suena nada buena: las amenazas del cambio climático están aumentando con tanta rapidez que pronto sobrepasarán la capacidad de la naturaleza y la humanidad para adaptarse.
Y la solución es una: reducir con celeridad las emisiones de gases de invernadero, un propósito en el que los humanos han fallado pese a sentir que es una necesidad.
No se trata de generar alarma, pero los datos son inquietantes. En 2019 las tormentas, inundaciones y otros eventos climáticos extremos desplazaron 13 millones de personas en Asia y África. Hoy casi la mitad de la población mundial padece escasez de agua durante una parte del año.
Las olas de calor son más frecuentes y severas (mataron cientos de personas en Estados Unidos y Canadá), mientras inundaciones sin precedentes azotaron Alemania y China. Los incendios se han tornado más fuertes en los últimos años.
Ahora muchos países invierten miles de millones de dólares en protección, pero cada día requerirán más dinero para atender las futuras amenazas, a menos que se logre una profunda transformación sobre cómo se construyen las viviendas, se cultivan alimentos, se produce energía y se protege la naturaleza.
Si bien hasta ahora muchos países y gobernantes dicen que si el cambio climático prosigue, se adaptarán, pero no tienen en cuenta un nuevo hecho que consigna el reporte: si la temperatura continúa aumentando, muchas partes del mundo no podrán adaptarse a un ambiente en transformación rápida.
Hasta hoy la temperatura del planeta subió 1,1° Celsius con respecto a la era preindustrial y los esfuerzos de las reuniones de los países sobre el tema han fijado una meta de 1,5° C como máximo, mas todo indica que no se lograría y se sobrepasaría. Esta meta exige eliminar a 2050 todas las emisiones provenientes de fuentes fósiles y no parece factible.
El PICC mostró que si se pasa de esa meta la adaptación no sería posible en muchas partes.
A la fecha el mundo produce suficientes alimentos para alimentar a todos (injustamente distribuidos) pero de seguir el calentamiento se afectaría la producción, De hecho, ahora muchos cultivos crecen de manera más lenta.
Con solo 1,5°, 8 % de la tierra cultivable dejará de ser útil, declinará el 70 % de los corales y aumentará 1/5 el número de personas sometidas a severas inundaciones.
Si la temperatura subiera a 2° C, de 800 millones a 3000 millones de humano sufrirían escasez de agua, declinarían la pesca y las áreas cultivables y1,4 millones de niños en África padecerían desnutrición.
Y si llegara a 3° C sobre la era preindustrial, 29 % de las especies de plantas y animales enfrentarían alto riesgo de extinción.
Serían los países pobres los que llevarían la peor parte, con cualquiera de las proyecciones de aumento de temperatura, pero a mientras más alta sea esta, los países desarrollados también sufrirían consecuencias desastrosas. De hecho ya las viven.
Para muchos podrá ser un informe más pero es tal vez la alerta más seria sobre lo que se avecina si no se toman medida contundentes. Fue elaborado por 270 investigadores de 67 países, un respaldo real más que suficiente.
La guerra no es entre países, es contra el calentamiento global y el cambio climático.
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