Quien tenga uno, sabrá que al gato le encanta meterse dentro de una caja. ¿Por qué?
Eso buscó dilucidar un artículo en Live Science. "Lo que sabemos es que es una forma de confort", le dijo Gabriella Smith, candidata a doctor en cognición animal comparativa en la University of Veterinary Medicine en Vienna (Austria).
Para ella, tiene sentido desde el punto de vista evolutivo, un confort esencial en situaciones estresantes. Por ejemplo, en un artículo en el journal Plos One, científicos holandeses demostraron que meterse o esconderse en cajas ayudaba a reducir el estrés en gatos que llegaban por primera vez a un albergue.
Los científicos midieron el estrés con el marcador de estrés para gatos, que considera su postura, conducta vocal y nivel de actividad actividad.
Incluso cuando no tienen ese abrigo, se meten en sus areneros para esconderse.
La misma Smith realizó otro experimento, cuyo artículo fue publicado en Applied Animal Behaviour Science, en el cual exploró si los gatos también se ubicaban en un contorno Kanizsa, un rectángulo creado con esquinas pegadas al piso. Es decir, no tiene paredes.
Y efectivamente se sentaron en esa caja falsa en 2D, indicando que tienen la percepción de bordes.
Pero sigue sin una respuesta clara la pregunta inicial. Desde lo evolutivo tiene sentido en cuanto les permite diferenciar distintas variaciones del paisaje por el cambio de color, por ejemplo.
Y otra posible explicación es que la usan como guarida para sus ataques, sabido que en el medio natural pueden emboscar a sus presas. Una explicación que no ha tenido aún evaluación científica.
Sea una u otra, lo cierto es que los gatos parecen sentirse cómodos y seguros dentro de una caja.
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