No pasó un día desde el anuncio y la cifra subió. La Nasa confirmó que había 5000 planetas extrasolares comprobados y un día después eran 5005, pues desde que se descubrió el primero en 1995 alrededor de la estrella 51 Pegasi continuamente se agregan a la lista, con mayor celeridad en los últimos años gracias a nuevas técnicas de observación.
De acuerdo con la Nasa hay además 8709 candidatos, es decir parecen planetas alrededor de otras estrellas pero se requiere confirmación por distintos astrónomos e instrumentos.
Los 5005 planetas están en 3759 sistemas, de los cuales un poco más de 800 tienen tres o más, es decir hay cientos considerados sistemas multiplanetarios.
Los planetas más cercanos están en la estrella Próxima Centauri, a 4,25 años luz de nosotros. Y el más lejano detectado en nuestra galaxia, la Vía Láctea, es Kepler 443b, a 3000 años luz.
El menos masivo hallado es Draugr, con una masa dos veces la de la Luna, mientras que el más masivo es HR 2562b, unas 30 veces más masivo que el gigante Júpiter.
Aunque se han detectado moléculas de agua en atmósferas de algunos planetas -muy calientes para albergar vida, todavía no se detectan océanos ni agua líquida.
En la estrella Trappist-1 hay siete planetas, casi todos del tamaño de la Tierra y cuatro de ellos en la zona habitable. Esta es la región donde puede existir agua en estado líquido.
Algunos de los exoplanetas o planetas extrasolares giran alrededor de estrellas similares al Sol, como Kepler-452b. La estrella Kepler-452 es del mismo tipo que la nuestra, un tipo de soles que apenas son el 3 % de los que hay en el universo. Las más comunes son las enanas rojas, el 75 % de todas.
Los planetas son de distintos tipos: terrestres, como la Tierra o más pequeños; tipo Neptuno, similares a Neptuno o Urano; Super Tierras, rocosas y un poco más masivas que la Tierra; y gigantes gaseosos, del tamaño de Saturno o Júpiter o mucho más masivos, incluyendo los Júpiter calientes.
Los planetas extrasolares se det4ectan por varios métodos, siendo uno de los más comunes el tránsito: cuando pasa delante de su estrella merma el brillo y así se sabe que hay algo allí. Si el planeta gira en sentido que no pasa por delante visto desde la Tierra, no se detecta por este medio.
Otros son la velocidad radial, el pequeño jalón gravitacional que ejerce el planeta sobre la estrella.
Hay otros métodos como la detección visual directa, la astrometría, la polarimetría y otros más, pero con aquellos dos se ha detectado la mayoría.
Con la entrada en funcionamiento del telescopio espacial James Webb, el más potente lanzado al espacio, hoy en etapa de calibración, se espera no solo detectar muchos más planetas sino conocer la sus atmósferas, detectar agua y hasta señales de actividad biológica.
Por ahora, quién sabe hasta cuándo, tal vez no mucho, seguimos viviendo en el único planeta habitado conocido: la Tierra.
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