Un estudio publicado en el Journal of Occupational and Environmental Hygiene encontró que muchos de los esmaltes para uñas que se etiquetan como no tóxicos y limpios contienen concentraciones elevadas de químicos, pese a indicaciones de los fabricantes de que esos químicos no están incluidos.
Todos los 19 esmaltes analizados contenían los carcinógenos formaldehído y benceno, así como tolueno, relacionado con afectación reproductiva. Casi la mitad de los marcados como no tóxicos contenían cantidades de tolueno más alta que en los esmaltes estándar.
Si bien el estudio se hizo con productos en Estados Unidos, donde la Food and Drug Administration no obliga ninguna definición para productos de belleza marcados como limpios y no requiere que los esmaltes usados en salones de belleza indiquen los ingredientes, lo hallado puede ser igual en otros países donde tampoco se tienen esas exigencias.
El asunto es bien interesante porque muchos productos de belleza y de cuidado personal, incluyendo los esmaltes, contienen mezclas de docenas de químicos sintéticos que han sido vinculados con efectos nocivos para la salud y resultados reproductivos adversos, mientras otros no han sido sometidos a estudios, por lo que poco se conocen sus efectos nocivos.
El riesgo no es solo para quienes se aplican los esmaltes sino para quienes en los salones de belleza y otros sitios los aplican a los clientes.
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