Para evitar una catástrofe que afecte gran parte de la
humanidad es necesario revaluar el uso de la tierra y la agricultura, haciendo
que produzca más, se desperdicie menos y que la gente cambie su dieta de carne
de vacuno a otros tipos.
Las inundaciones afectan los suelos y las áreas agrícolas. Foto US Army
Eso sugiere un informe del Panel Intergubernamental sobre
el Cambio Climático, el mismo que el año pasado en otro reporte indicó que 2030
podría ser el límite para que la temperatura del planeta se controle y no se
desborde en una situación de consecuencias desconocidas pero seguramente
catastróficas.
El cambio climático acrecentará las amenazas sobre la
humanidad: inundaciones, sequías, tormentas y otros tipos de eventos climáticos
extremos que alterarán el suministro global de alimentos. En el mundo ya 10 %
de la población está desnutrida.
El deterioro de los suelos es de 10 a 100 veces más
rápido de lo que tarda su recuperación y cerca de 500 millones de personas
viven en lugares que van camino a la desertización.
La crisis alimentaria se puede producir en varios
continentes a la vez, dijo Cynthia Rosenzweig, del Instituto Goddard de la
Nasa, una de las autoras del reporte en el que participaron también más de 100
expertos de 52 países. “El riesgo potencial de una falla múltiple en la canasta
alimentaria está aumentando. Todas esas cosas están sucediendo al tiempo”.
La escasez de alimentos aumentará la presión migratoria
de los más pobres hacia el mundo rico, creando crisis adicionales que podrían
derivar en situaciones violentas.
El deterioro del suelo se ve afectado por los fenómenos
citados, cada vez más fuertes y frecuentes, además de las olas de calor e
incendios continuos, disminuyendo la producción
agrícola.
Y aunque el calentamiento ayuda a incrementar los campos
agrícolas en latitudes altas, en el balance es mayor la alteración al sistema
productivo global.
De continuar el aumento de los gases de invernadero, como
ha sucedido hasta hoy (en 2018 también subieron pese a acuerdos
internacionales), se afectarán los costos de los alimentos afectando a personas
alrededor del mundo.
Paradójicamente, el cambio climático está afectando la
agricultura, pero esta incide en aquel con acciones como el secado de humedales
para sembrar palma y el drenaje de turberas (humedal con materia orgánica) con
lo que se liberan al menos 530 000 toneladas de dióxido de carbono.
(Casi que por dos hectáreas de turberas desecadas se
libera CO2 equivalente a la combustión de 6000 galones de gasolina).
Además desde los años 60 han aumentado las emisiones de
metano, potente gas de invernadero, provenientes de los diversos tipos de
ganado, del vacuno al bufalino, el caprino y otros.
Cada año la cantidad de selva talada para ganadería (práctica
común en Colombia) libera carbono igual al de 600 millones de vehículos.
“No le estamos diciendo a la gente que deje de comer carne. En algunos
sitios no tienen otra opción. Pero es obvio que en Occidente estamos comiendo
demasiada carne”, dijo Pete Smith, citado por la BBC, científico de la
Universidad de Aberdeen, Escoia, otro de los autores.
Si la temperatura del planeta sube a 2° C sobre la era
preindustrial (ya ha subido 1), más de 100 millones de personas entrarían al
temido grupo de los hambrientos.
La solución, sin embargo, no está solo en plantar
millones de árboles: eso llevaría al ganado y otras actividades productivas a
tierras menos fértiles y a 2050 los alimentos se encarecerían 80 %. Y al tratar
de sembrar maíz para biocombustibles y así reducir las emisiones, aumentaría el
área degradada y la desertización.
Se requiere una adecuada planeación de ambas actividades.
El reporte dice que mientras más se demoren los políticos
en actuar, más difícil será prevenir esta crisis global que tendría no solo
consecuencias fatales sino imprevisibles hoy.
NOTA: Chicharrón se refiere a un lío grande, palabra usada en Colombia.
NOTA: Chicharrón se refiere a un lío grande, palabra usada en Colombia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario