Dibujo de cómo es un estallido de rayos gamma. Foto Desy
La explosión más potente del universo en acción y fue captada
por telescopios especializados. Una explosión que en pocos segundos liberó
una energía equivalente a la que emite el Sol en toda su vida de 10 000
millones de años.
Un estallido de rayos gama que alcanzó 100 000 millones
de veces tanta energía como la luz visible.
Fue captada por científicos de los telescopios HESS y MAGIC,
así como de otros de la Nasa en el espacio y revelada en un artículo en Nature.
Es la primera explosión de rayos gamma captada por
telescopios en la superficie terrestre.
Los estallidos de rayos gamma son explosiones repentinas,
cortas de esa clase de radiación que sucede más o menos una vez cada día en
algún lugar del universo visible.
La información disponible hoy indica que se originan en
la colisión de estrellas de neutrones o en explosiones de supernova de soles
gigantes colapsando en un agujero negro.
“Estas son las explosiones más poderosas conocidas en el
universo (tras el Big Bang) y típicamente liberan más energía en unos segundos que el Sol en toda
su vida y brilla a través de casi todo el universo visible”, explicó David
Berge, del programa Desy del Max Planck Institute.
Ese fenómeno fue descubierto por casualidad en los años
60 por satélites usados para monitorear las pruebas nucleares en la Tierra.
Dede entonces se estudian. Hoy con telescopios que logran
observar un destello azul débil, la luz Cherenkov que los rayos gamma inducen
en nuestra atmósfera, pero son equipos solo sensibles a energías muy altas.
Esos telescopios Cherenkov han identificado muchas fuentes
de rayos gama cósmicos, pero no habían detectado explosiones.
En estas explosiones se expulsan chorros de partículas a
casi la velocidad de la luz. Producen un pulso inicial de rayos gama que puede
durar hasta un minuto.
La explosión se detectó el 14 de enero de este año hacia
la constelación Fornax. A los 22 segundos de que los telescopios espaciales
hubieran detectado la explosión, se envió alerta a astrónomos en tierra para
capturar más datos de la explosión, denominada GRB 190114C, logrando su
detección el grupo MAGIC a los 57 segundos de ocurrido el evento, que se
presentó a más de 4000 millones de años luz, un tercio de la edad del universo
(la luz solo llegó ahora tras viajar durante 4000 millones de años).
La detección de la explosión permite conocer detalles
sobre las fuentes que la originan y el desarrollo del proceso.
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