Los búhos tienen lentes grandes que captan más luz. Foto JM/Flikr
No los asusta la oscuridad, de hecho es su aliada y le
sacan provecho.
Tres animales con una visión nocturna tan buena que dejan a los
humanos como simples cegatones.
Gato: su visión nocturna es espectacular gracias a una
estructura reflectiva especial en sus ojos, el tapetum lucidum, situado detrás
de la retina. Si al entrar la luz al ojo no es percibida por los fotorreceptores
no puede haber señal sensorial al cerebro, pero ese tapetum actúa como un
espejo que envía la luz de vuelta dándoles a los fotorreceptores una segunda
oportunidad de crear una imagen visual.
Por eso los gatos son eximios manejadores de la
oscuridad. Los humanos carecemos de aquella estructura.
Murciélagos: no crea la frase que dice ciego como un
murciélago. Contrario a la creencia popular tan arraigada, estos mamíferos
voladores ven muy bien de día y su visión es mucho mejor que la humana en la
oscuridad.
Se valen de sus orejas para ecolocalizar insectos en
condiciones de baja luminosidad.
Su navegación de movimientos que parecen erráticos es lo
que ha hecho creer que no ven bien en la luz diurna, pero no es así.
Búhos: la noche es su preferida para cazar. Como poseen
ojos grandes, los lentes cerca a la parte trasera del ojo les permiten que
recojan gran cantidad de luz en la retina. Dada esa característica son grandes
cazadores de insectos y hasta ratones.
Y se aprovechan de otra ventaja: pueden girar su cabeza
270 grados para rastrear la presa.
Tres animales para los cuales la falta de luz no es
ningún obstáculo para actividades tan vitales como la búsqueda de alimento.
Nota: con información de EarthSky
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