Dibujo de cómo objetos masivos doblan el espacio-tiempo.
Parecía un acto de magia, pero era una comprobación, una vez más, de la teoría general de la Relatividfad de Albert Einstein.
Fue en el verano de 2016 cuando astrónomos observaron una estrella a 2500 años luz hacia la constelación del Cisne, Gaia 16aye, que tuvo un gran destello, como preparándose para estallar en una supernova.
Al día siguiente, su brillo era normal. Un ciclo que se repitió durante varias semanas: aumentaba brillo repentinamente y al otro día como si nada hubiera pasado volvía a la normalidad.
En un año se repitió una y otra vez, llegando a cinco veces en 500 días.
¿Qué diablos ocurría? “Era un comportamiento inusual”, explicó Łukasz Wyrzykowski, quien estudió esa estrella en el Observatorio Astronómico de University of Warsaw, Polonia. No era una supernova. Nunca lo fue.
Un estudio publicado en el journal Astronomy and Astrophysics, tiene la posible explicación: un sistema binario de estrellas (una girando alrededor de la otra) está deformando el espacio-tiempo frente a Gaia 16 aye, creando unos lentes gravitacionales: amplifican la luz de la estrella cuando pasa por detrás de ellas.
Son estrellas invisibles desde la Tierra.
Este efecto de lupa, cuando objetos masivos parecen doblar el espacio-tiempo a su alrededor, se conoce como lentes gravitacionales y fue predicho por aquella teoría.
Los astrónomos usan el fenómeno para tener una mirada más cercana de algunas de las estrellas más viejas, galaxias y objetos en el universo, pero ese efecto también puede revelar las propiedades de objetos mucho más cercanos y tenues.
Resuelto el misterio.
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