Hace más de 10 000 años que el mamut lanudo dejó de caminar por la Tierra: se extinguió. Y el lunes 13 de septiembre se constituyó formalmente Colossal, una empresa con un objetivo muy claro: resucitarlo, traerlo de vuelta a la luz del mundo para que pueble una región como Siberia.
No será uno, sino miles si todo sale como lo han ideado los científicos, encabezados por George Church, un renombrado genetista que ha creado nuevos organismos y modificado otros.
La empresa tiene un capital inicial de 15 millones de dólares y respaldará los estudios en los laboratorios de Church en Boston y Dallas, de acuerdo con The New York Times.
Se pretende editar el ADN de un elefante para introducirle características como pelo denso y una capa gruesa de grasa para resistir el frío. Los científicos creen que en pocos años podrían producir embriones de estos elefantes tipo mamut.
Fue en 2013 cuando Church ventiló la iniciativa, que se concreta ahora bajo la mirada entre atónica, incrédula y llena de dudas de otros investigadores. No todos creen que sea posible.
Los elefantes asiáticos y los mamuts compartieron un ancestro común que existió hace unos seis millones de años, por ello se cree posible modificar el genoma de un elefante para generar un animal que actúe como el mamut. O algo así.
Para Church también hay un objetivo ambiental: la tundra de Siberia y de Norteamérica se está calentando y liberando CO2. Hoy es cubierta por musgo, pero cuando existían los mamuts lo estaba por praderas. Hay especialsitas que creen que el mamut era una especie de ingeniero del ecosistema.
De hecho en Siberia los rusos han importado bisontes y otras especies para crear en la tundra un parque del Pleistocenocon la esperanza de convertirla en pradera.
Análisis que se han hecho en los últimos años de genomas de fósiles de mamuts han permitido bosquejar las principales diferencias con los elefantes, que se han centrado en 60 genes.
Entonces se pretende generar embriones de elefante con su genoma modificado, para lo cual removerán del óvulo ADN de elefante para rempalzarlo con uno tipo mamut.
Hasta ahora no se han recolectado óvulos de elefanta, pero los científicos planean hacerlo o tomar tejido del animal para desarrollarlo en células madre en laboratorio.
Los embriones se implantarían no en elefantas sino en úteros artificiales de mamut generados en laboratorio.
No será una empresa nada fácil, desde lo práctico, lo científico y los incontables imprevistos, como tampoco desde las inquietudes que se generan desde lo ético.
El mundo sin duda ha avanzado, pero en unos pocos años podría sentirse de nuevo como en la era del mamut lanudo.
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