No solo hay animales que se automedican, hay unos que saben muy bien cuál es el remedio y la dosis que requieren para curar sus dolencias. Y de eso da cuenta un nuevo estudio publicado en Biology Letters.
En este caso se trata de unas hormigas, de la especie Formica fusca, que fueron estudiadas por biólogos y zoologistas de Austria, Países Bajos, Alemania y Finlandia.
¿Pero qué es lo especial de este caso? Les explico: ellas consumen un tipo de áfidos para tratar infecciones por hongos. Ya estudio previo había sugerido que algunas especies recurren a los áfidos para su tratamiento en consideración en que en estos el peróxido de hidrógeno que compone sus cuerpos.
En esta ocasión, los científicos llevaron a su laboratorio 30 hormigas de la especie descrita y a la mitad les produjeron infecciones fúngicas. Luego les dieron a ambos grupos la elección de un alimento: una mezcla estándar de miel y agar o una mezcla estándar de miel con agar y bien una pequeña o una gran cantidad de áfidos mezclados en ella.
Bastante llamativo. Pero, ¿Qué sucedió? Sigamos contando: aquellas hormigas sin infección comían solo la mezcla estándar, pero las que tenían la infección se dividían 50/50 en el consumo de la mezcla estándar y aquella con áfidos.
¿Es esto todo? No. Prosigamos: notaron que una vez las que estaban infectadas se aliviaban, volvían a comer solo la mezcla estándar.
¿Qué sugiere esto entonces? Les resumo: que no solo las hormigas se estaban automedicando sino que ingerían solo las cantidades que les eran benéficas. Si solo hubieran ingerido la mezcla con áfidos, muy posible que hubieran muerto por el exceso de peróxido de hidrógeno. Y si hubieran comido muy poco de esta, no se hubieran aliviado.
Interesante, ¿no?
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