Familia de orcas en aguas canadienses. Foto T. Hubauer/Flickr
Nadie protege a los niños como las abuelas y esa es una
historia que también pueden contar… las orcas.
Sí. Cuando las hembras post menopáusicas orcas están
presentes en el grupo, las crías tienen mayor probabilidad de supervivencia,
sugiere un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of
Sciences. (PNAS).
Es el llamado efecto abuela, tan común entre los humanos
y que por primera vez se confirma en estos enormes animales marinos.
La organización de las orcas es un matriarcado. Las
hembras llegan hasta los 90 años de edad. Su menopausia llega hacia los 45, por
lo que disponen de media vida para transmitir información al resto del grupo
familiar.
“En las ballena asesinas lo que la abuela sabe es
realmente importante”, según declaró a Science Hal Whitehead de Dalhousie
University, quien no participó en el estudio.
Los investigadores, encabezados por Daniel Franks de University
of York, analizaron 40 años de información del censo de las poblaciones de orcas
del norte y el sur. Cuando la abuela muere, la cría tiene cuatro veces más
riesgo de morir en los dos años siguientes, un efecto mayor cuando no hay
poblaciones de salmones disponibles.
Es que el salmón chinook, principal alimento de las orcas
no nada en bancos. Cuando ellas cazan pueden sumergirse más de 150 metros y
pasar 5 a 10 minutos cazando un pez. Los bebés, que pasan los primeros dos años
de su vida bajo cuidado, esperan en la superficie a que su madre regrese de la
cacería. Las abuelas los
cuidan y defienden de algún depredador.
Se ha observado que tanto las madres como las abuelas
comparten peces con los jóvenes luego de cazar.
Las madres tienden a compartir comida con sus crías
machos hasta la edad adulta, pero a las hembras deja de proporcionársela cuando
llegan a la madurez sexual, pero las abuelas comparten por igual.
Nadie como la abuela.
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