Fíjese por dónde camina: puede estar pisando la vida. Un estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) reveló que más de la mitad de la vida en la Tierra vive en el suelo. Sí, en el suelo.
Nada menos que el 59 %, más del doble del 25 % que había precisado un estudio publicado en 2006. Pero la nueva investigación reportó que 90 % de los hongos, 85 % de las plantas y más del 50 % de las bacterias viven en el suelo, y solo 3 % de los mamíferos.
"Acá mostramos que el suelo es probablemente el hogar del 59 % de la vida incluyendo todo, desde microbios a mamíferos, haciéndolo el más biodiverso hábitat en la Tierra", escribieron los investigadores en su artículo, una revisión de la literatura científica existente sobre el tema.
Y esa cifra podría ser mayor por una sencilla razón: el suelo ha sido muy poco estudiado.
"Los organismos en el suelo desempeñan un gran impacto en el equilibrio de nuestro planeta. Su biodiversidad importa porque el suelo afecta las respuestas del cambio climático, la seguridad alimentaria global e incluso la salud humana", agregaron.
El suelo es la capa superior de la corteza y está compuesto por una mezcla de agua, gases, minerales y materia orgánica. Es donde crece el 95 % de la comida y ha sido dejado de lado en los debates de protección de la naturaleza por el desconocimiento que se tiene de él.
Con el modelo usado, el margen de error es amplio, del 15 %, por ello podría ser 44 % de la vida viviendo en el suelo o 74 %.En el caso de las bacterias, podría ser un rango entre el 22 % y el 89 % que viven en el suelo. Lo más difícil ha sido evaluar las bacterias y los virus, las formas más diversas que existen.
El hallazgo es importante para tomar conciencia de la importancia de este subestimado hábitat, porque un tercio del suelo del planeta está degradado y cada año se pierden 2.400 millones de toneladas de suelo fértil solo por el uso intensivo en agricultura y ganadería.
Además la contaminación, la deforestación y el calentamiento global también lo afectan. Para conservar su biodiversidad se necesita adoptar prácticas agropecuarias menos intensivas, regular las especies invasoras e incrementar la conservación del hábitat.
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