Es un megacráter que ya mide un kilómetro y crece año a año. Se encuentra en el permafrost siberiano, en la taiga, el lejano oriente ruso. Nuevas imágenes revelan la estructura de este 'monstruo' cuyo destino no se conoce.
La superficie se hunde. Podrían aparecer animales, virus y bacterias congelados allí hace miles y decenas de miles de años. Es el cráter Batagaika.
Este rasgo en la superficie se formó en una zona donde se eliminó la selva por actividades madereras en los años 1960. Hoy crece a unos 10 metros por año.
Para algunos vecinos, se trata de un pasadizo al inframundo, para otros es como una caverna. Es la representación física de los temores de científicos sobre el derretimiento del permafrost, que liberará enormes cantidades de metano. Esa región rusa se calienta 2.5 veces más rápido que el promedio del planeta.
Dos tercios de Rusia se encuentran cubiertos por el permafrost, que proviene de los vocablos permanente y congelado, pues la temperatura para mantenerlo así es de 0 grados.
Nikita Tananayev, del Melkinov Permafrost Institute dijo, citada por al agencia Reuters, que "en el futuro, con el aumento de las temperaturas y con mayor presión antropogénica, veremos más de estas megadepresiones hasta que desaparezca el permafrost".
Este no es el único cráter en la extensa región, solo el más grande. Muchos otros se han ido formando con el calentamiento del planeta.
Nikita alertó sobre el potencial impacto del Batagaika. Hay puntos que se han hundido 100 metros. Contienen una gran cantidad de carbono orgánico que se libera a la atmósfera a medida que se descongela la región.
El cráter ha expuesto, además, unos 200 000 años de sedimentos que revelan la historia climática de la Tierra. Su estudio puede arrojar pistas sobre el futuro de nuestro clima.
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