Es una belleza en el cosmos cercano. La nebulosa de la Hélice, o Caldwell 63, que se encuentra a solo 650 años luz de nosotros. En el centro está la causante de tan llamativo paisaje cósmico: una estrella enana blanca, ya moribunda. Pero hay algo más.
Ahora, la nueva mirada mediante diferentes ondas de luz y distintos telescopios, entre ellos el Hubble y el Chandra de la NASA, reveló los remanentes de la moribunda estrella que creó la nebulosa: está expeliendo su gas hacia el espacio y la radiación estelar hace que el gas resplandezca como un anillo gigante que se extiende por 3 años luz.
En la nueva mirada se encontró que esa estrella que muere pudo haberse engullido un planeta que giraba a su alrededor y pasó muy cerca de ella. Las fuerzas de marea de la enana blanca parecen haber destrozado el planeta cercano y arrastrado luego los fragmentos sobrantes hacia su superficie, provocando potentes llamaradas de rayos X.
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