No es poca cosa: en un niño de 5 años el cerebro consume
casi la mitad de la energía de su cuerpo. La variación de ese gasto en las
distintas edades de los niños, puede influir en los patrones de gasto de
energía y ganancia de peso.
Cerebro de niños pequeños consume mucha energía. Foto US Air Force
Es decir, se debe conocer ese gasto para lograr que el
menor no adquiera sobrepeso.
En un artículo en el journal Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS), los coautores Christopher Kuzawa de Northwestern
University y Clancy Blair de New York University School of Medicine, proponen
que la variación en las necesidades de energía para el desarrollo del cerebro
en los niños, en cuanto a tiempo, intensidad y duración del uso de energía,
podría influir en ese gasto de energía y ganancia de peso.
“Todos sabemos que cuánta energía quemen nuestros cuerpos
es un factor importante para la ganancia de peso”, dijo Kuzawa.
Aunque se sabe que en un niño de 5 años el cerebro
consume casi 50 % de la energía, no se sabe cómo varía ese consumo en distintas
edades.
Si se mide ese gasto, se podría prevenir mejor el riesgo
de ganar peso y tener obesidad.
Tampoco se sabe cómo los programas enriquecidos para
estimular el cerebro de los niños, puede influenciar el patrón cerebral de uso
energético.
“Vemos plausible que un mayor gasto de energía por el
cerebro podría ser un beneficio anticipado para los programas de desarrollo en
edad temprana, que también tienen lógicamente otros beneficios”, agregó Kuzawa.
El hallazgo ayudó a confirmar una hipótesis largamente
sostenida en antropología de que los niños evolucionaron a una tasa mucho menor
de crecimiento en comparación con otros mamíferos y primates, en parte porque
requieren más energía para su desarrollo.
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