Galaxia ESO 495-21 con un gran corazón en su centro. Foto Hubble
Hay galaxias grandes, medianas y pequeñas. Todas tienen
un núcleo y estrellas, pero esta tiene un corazón demasiado grande.
A unos 30 millones de años luz, hacia la constelación de
El Compás, se encuentra ESO 495-21, una enana pero con una tasa muy alta de
formación de nuevas estrellas: a un ritmo 1000 mayor al de nuestra galaxia, la
Vía Láctea.
Este hallazgo fue posible gracias al telescopio espacial
Hubble, que la ha mirado varias veces, explorando los múltiples supercúmulos de
estrellas, regiones muy densas de apenas un millón de años de edad empaquetada
con estrellas masivas.
Estas áreas espectaculares pueden tener un gran impacto
en las galaxias donde se hallan.
Permiten a los astrónomos estudiar las etapas de su
evolución para entender cómo se forman y cambian las estrellas masivas a través
del universo.
ESO 495-21 también contiene un agujero negro supermasivo.
A mayor tamaño de una galaxia, más grande el agujero. En la nuestra hay uno con
una masa de 4 millones de veces la del Sol, llamado Sagitario A*, pero ESO es
enana y su agujero negro parece tener millones de veces la masa del Sol.
¿Cómo es posible?
Con su tamaño pequeño y su forma y rápida formación
estelar, los astrónomos piensan que ESO 495-21 puede ser análoga a algunas de
las primeras galaxias que se formaron en el cosmos. Hallar un agujero negro en
e corazón de la galaxia es un indicador firme de que estas estructuras pudieron
formarse primero y luego las galaxias se desarrollaron y evolucionaron a su
alrededor.
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