Los humanos somos más gordos, tendemos a acumular más
grasa que los demás primates. Somos, en palabras de Devi Swain-Lenz “los
primates grasosos”.
La grasa blanca se acumula en la cintura y es difícil de eliminar. Foto Wikipedia
¿La culpa? La comida chatarra, la falta de ejercicio son
solo una parte de la respuesta.
De fondo hay mucho más. Swain-Lenz y colegas parecen
haber hallado la razón tras nuestra composición corporal que acumula más grasa.
Y es extraño, porque compartimos más del 99 % con otros
primates, como los chimpancés. Sin embargo en nuestra evolución hubo algo que
nos hizo proclives a aquella acumulación tan indeseada.
Chimpancés y humanos son diferentes en cómo el ADN se
empaqueta dentro de las células de grasa. Como consecuencia, la menor capacidad
de nuestro cuerpo de convertir esa mala grasa alta en calorías en una que se
pueda quemar.
El hallazgo fue publicado en el journal Genome Biology
and Evolution.
Comparados con nuestros primos primates, incluso los más
delgados acumulan grasa. Mientras otros primates tienen menos de 9 % de grasa
corporal, nosotros tenemos entre 14 % y 31 %.
Los investigadores compararon muestras de humanos,
chimpancés y Rhesus macacos para ver las diferencias de almacenamiento del ADN
en las células.
Encontraron 780 regiones de ADN accesibles en chimpancés
y macacos, pero que están más agrupadas en humanos. Al examinar esas regiones
con detalle, encontraron pedazos recurrentes de ADN que ayudan a convertir
grasa de un tipo en otro.
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