Hay credos que proclaman la reencarnación de las
personas, una creencia cuestionada por la ciencia.
Pero, un momento: sí puede existir. Hay reencarnación no
en humanos sino… en gusanos. Tal como suena.
Nemátodos transmiten información ambiental a su descendencia. Foto Arne Hendriks
El caso es este: científicos de Tel Aviv University
publicaron un estudio en el journal Cell en el que demuestran que la
reencarnación es real para… las células germinales. Los nematodos (tipo de
gusanos que tienen casi los mismos genes que los humanos) transmiten
información a las futuras generaciones mediante las neuronas.
En este caso fueron estudiados los Caenorhabditis elegans (más conocidos como C. elegans)
Eso es por lo muchos animales nacen enterados del
ambiente en el que viven. Insectos deben apurarse hasta romper el cascarón;
ciertos mamíferos se ven en vueltos en una lucha de vida o muerte desde que
nacen.
Se sabe que los animales nacen con un sistema interno de
guianza que les ayuda a moverse en su ambiente. El nuevo estudio demuestra cómo
lo hacen los nematodos.
El profesor Oded Rechavi, del Departmento of Neurobiología
en Tel Aviv University, explicó que “el mecanismo es controlado por pequeñas
moléculas (RNA) que regulan la expresión de los genes. Encontramos que ellas
transmiten información de las neuronas a su progenie e influencian una variedad
de procesos fisiológicos, incluyendo la búsqueda de comida de los descendientes”.
El estudio detalla un sistema nervioso codificado
genéticamente con conocimiento interno y externo. Lo animales nacen con un
sentido del lugar heredado de sus padres.
El equipo de Rechavi logró esa identificación estudiando
ciertas capacidades olfativas de la progenie que son necesarias para
identificar las fuentes de alimentos.
“Descubrimos que la síntesis de esas pequeñas moléculas
en las neuronas se requiere para que el gusano sea atraído eficientemente a los
olores asociados con nutrientes vitales en busca de comida. Las moléculas
producidas en el sistema nervioso influyeron en esta conducta, así como la
expresión de varios genes germinales que se mantuvieron durante al menos tres
generaciones”.
¿Funciona
esto en humanos? Habría que verlo, dicen los investigadores. A
diferencia de los nematodos, nosotros nos desarrollamos lentamente. Los bebés
dependen durante años de sus cuidadores. Somos una excepción en el reino
animal.
Así que puede que la reencarnación genética no sea
aplicable a nuestra especie, aunque este hallazgo podría tener utilidad ante el
gran avance del campo genético que está permitiendo construir una “nueva
epidemiología de nosotros”.
Porque “estamos comenzando a describir enfermedades,
identidad, afinidad, temperamento, preferencias –en últimas destino y elección-
en términos de genes y genomas.
Una manera de reencarnar en la descendencia: pasarle información útil.
Una manera de reencarnar en la descendencia: pasarle información útil.
Nota: con información de Big Think
No hay comentarios:
Publicar un comentario