Créalo o no, andamos por la vida con mutaciones genéticas
en nuestro cuerpo que bajo ciertas circunstancias pueden derivar en cáncer.
Mutaciones genéticas en tejido sano pueden provocar cáncer. Imagen NIH
Al analizar información genética de los cuerpos de casi
500 personas, científicos encontraron que casi todos tenían tejido sano que
contenían células con mutaciones genéticas particulares. Algunas eran
mutaciones en genes relacionadas con cáncer.
De acuerdo con este hallazgo, habría que cambiar un
paradigma. El modelo estándar de biología dice que cada célula normal copia sus
instrucciones de ADN con gran precisión cada que se divide. Así, con
excepciones como el sistema inmunitario, las células en el tejido normal, sano,
continúan conteniendo exactamente la misma secuencia del genoma que estaba
presente en el embrión unicelular inicial del que surgió el individuo.
Ahora se ve que todos andamos con mutaciones presentes en
el tejido sano, con el potencial de desarrollar cáncer bajo condiciones
determinadas o de generar otras condiciones que afectan la salud.
El Atlas del Genoma del Cáncer ha caracterizado muchas alteraciones
genómicas y moleculares detrás de distintos tipos de cáncer, pero ha sido
difícil establecer la secuencia exacta de eventos que conducen al cáncer y se
han detectado pistas de que el tejido sano normal, incluyendo sangre y piel,
pueden tener un número sorprendentemente alto de mutaciones, tal vez el inicio
de un camino que puede llevar a problemas serios de salud.
Esto fue confirmado en un estudio en Science del Broad
Institute en el MIT y Harvard, encabezado por Gad Getz, Keren Yizhak y colegas.
Analizaron secuencias de ARN de 29 tejidos, incluyendo
corazón, estómago, páncreas y grasa y lo igualaron con ADN de 488 personas de
una base de datos.
Se determinó que 95 % tenía uno o más tejidos con grupos
de células que tenían mutaciones genéticas.
Muchas de estas no son dañinas, pero algunas sí están
relacionadas con el cáncer.
Esas mutaciones genéticas aparecen más a menudo en tejidos
de la piel, el esófago y el pulmón.
Entonces, la exposición a elementos ambientales como el
aire contaminado en los pulmones, sustancias carcinógenas en la dieta en el
esófago y la radiación ultravioleta del Sol sobre la piel pueden tener papel
importante en el origen de las mutaciones en distintas partes del cuerpo.
Es decir, aún en los tejidos normales, el ADN en las
células de nuestro cuerpo no es idéntico del todo, sino que continuamente
aparecen mutaciones y eso convierte esas células en un mosaico de distintos
eventos de cambio celular. Algunas seguirán dividiéndose don ese perfil
genético alterado, otras tenderán a desaparecer.
No está claro hasta qué punto esos grupos de células
alteradas pueden poner en mayor riesgo a las personas para desarrollar cáncer
en el transcurso de su vida. Pero pueden ser una señal importante para la
detección temprana de esa enfermedad.
Lo cierto es que todos, al parecer, andamos y dormimos
con nuestro posible enemigo.
(Con información de NIH)
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