Más de 10 años tardó hacer unas 600 tomas para tener la imagen más completa de la gran galaxia vecina, Andrómeda o Messier 31 (M31) y eso lo logró el telescopio espacial Hubble, que captó la luz de esa galaxia que fue emitida hace 2,5 millones de años, cuando sobre la faz de la Tierra aparecía uno de los ancestros humanos, el Homo habilis, tal vez el primero en fabricar herramientas de piedra. Y esto porque esta gran estructura se encuentra a esa distancia de años luz, 25 diámetros de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Un logro que requirió más de 1000 órbitas del telescopio.
Esta imagen de Andrómeda permite distinguir 200 millones de estrellas, una pequeña porción de esa gigante, que contiene más de 1 billón de estrellas. Una composición fotográfica con más de 2500 millones de pixeles que permitió conocer un poco más de la historia de esta vecina, con la cual en un tiempo muy lejano se fusionará la Vía Láctea.
Ambas se formaron más o menos al mismo tiempo hace miles de millones de años. En Andrómeda se descubrió gracias al Hubble una región de estrellas nuevas, situación que sería explicada por una colisión con otra galaxia, M32, hace mucho tiempo.
Detalles que sorprenden de Andrómeda, que se puede ver difusa hacia el norte del cielo con un tamaño como de una Luna llena, aunque con forma de cigarro desde nuestra posición.
Esta galaxia fue descubierta por Edward Hubble, con lo cual la comprensión del universo sufrió un vuelco total: hasta entonces, hace 100 años, se creía que la Vía Láctea era todo el universo. Hoy se conoce más de un billón de galaxias.
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