martes, 4 de febrero de 2025

Una galaxia atravesó otra y así quedó

La galaxia Ojo del Toro vista por el Hubble, con sus anillos. En el centro, a la izquierda, de azul se ve la pequeña galaxia que la atravesó y produjo la formación de anillos. Foto Nasa/ESA


Está lleno el universo de misterios y también de situaciones no vistas, como lo acaban de mostrar el telescopio espacial Hubble y el Observatorio W. M. Keck en Hawái. Una galaxia, denominada el Ojo del Toro, la LEDA1313424, en la que encontraron nueve anillos alrededor del centro.

¿De qué se trata?  Esto es lo más llamativo: una galaxia pequeña travesó el corazón del Ojo del Toro y siguió derecha, provocando que material se moviera hacia adentro y afuera en ondas, convirtiéndose en reservorio para la formación de nuevas estrellas.

Son nueve los anillos detectados. El Hubble detectó ocho, uno más el Keck. Hasta ahora solo se habían detectado tres en algunas otras galaxias.

El Ojo de Toro es una enorme galaxia. La nuestra, la Vía Láctea, mide 100 000 años luz en diámetro, pero esta es dos veces y medio más grande: 250 000 años luz.

Esos anillos no están espaciados como los de un tablero de dardos. Si se mirara la galaxia desde arriba los anillos se verían circulares, agrupados en el centro y gradualmente espaciándose a medida que se alejan, explicó Imad Pasha, líder del estudio.

Producto del choque o pasada de largo de la galaxia pequeña, las órbitas de las estrellas individuales permanecieron prácticamente inalteradas, pero los grupos de estrellas se amontonaron para formar anillos diferenciados durante millones de años. Sin embargo, el gas fue arrastrado hacia el exterior y se mezcló con polvo para formar nuevas estrellas, lo que hizo que los anillos del Ojo del Toro brillaran más.

El ejemplo dado es este:

Aves marinas, al cazar peces, entran al agua en una posición que reduce el choque, pero sin embargo algunas ondas se forman. Eso es lo que sucedió con el Ojo del Toro y la pequeña galaxia: esta la atravesó y dejó el efecto sobre el material que formó luego los anillos.

¿Cuándo ocurrió todo esto? Se calcula que hace 50 millones de años.

El hallazgo fue publicado en The Astrophysical Journal Letters.

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