Un 34 % de los stocks marinos son sobreexplotados. Acá, pesca de arrastre. Foto cortesía IPBES
No nos damos cuenta de lo mucho que nos aportan y por eso con frecuencia abusamos. Un nuevo informe de la Plataforma de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) reveló que una de cada cinco personas depende de las especies silvestres para alimentarse, más de 10 000 de estas especies se cosechan para alimento humano y 2400 millones de personas dependen de ellas como combustible para cocinar.
El reporte, que trae una amplia serie de recomendaciones para los tomadores de decisiones con el fin de proteger las especies y sus ecosistemas, fue elaborado durante cuatro años por 85 expertos líderes y más de 200 autores que contribuyeron, apoyándose en más de 6200 fuentes.
"Con cerca de 50 000 especies usadas en diferentes prácticas, incluyendo más de 10 000 cosechadas como alimento humano, las personas rurales en los países en desarrollo están en mayor riesgo de un uso insostenible, con carencia de alternativas, forzándolas con frecuencia a explotar más especies silvestres en riesgo", dijo Jean Marc Fromentin, codirector de la evaluación.
Es que 70 % de los pobres del mundo dependen de las especies silvestres. Una de cada cinco personas depende de plantas, hongos y algas para alimento e ingresos y cerca del 90 % de las 120 millones de personas que trabajan en pesca de captura están respaldadas por la pesca de pequeña escala, según Marla Emery, otro autor. "Pero el uso regular de especies silvestres es extremadamente importante no solo en el Sur Global. Del pescado que comemos, a las medicinas, cosméticos, decoración y recreación, el uso de especies silvestres e más prevalente de lo que la mayoría de la gente entiende".
Es tal su importancia que los árboles silvestres responden por dos tercios de la industria mundial de madera; el comercio de plantas silvestres, hongos y algas es una industria de mil millones de dólares e incluso los usos no extractivos de estas especies son un gran negocio. Por ejemplo, las áreas protegidas recibían, ante de la pandemia por Covid-19, 8 millones de visitantes para la observación de distintas especies, dejando 600 millones de dólares.
El reporte identificó cinco categorías amplias de prácticas en el uso de las especies silvestres: pesca; recolección; tala; cosecha de animales (incluida la caza); y prácticas no extractivas.
Artesanía elaborada con plantas silvestres por indígenas de Colombia. Foto IPBES
En el caso de los peces, por ejemplo, se detectó que 34 % de los sctocks marinos son sobreexplotados y 66 %son pescados en niveles sostenibles. Así, los países con fuertes prácticas conservacionistas han visto aumentar esos stocks, como en el caso del atún azul del Atlántico.
"La sobreexplotación es una de las amenazas más grandes para la supervivencia de muchas especies silvestres terrestres y acuáticas", dijo el profesor John Donaldson, de Sudáfrica, otro de los cerebros del reporte.
Así, la supervivencia de 12 % de las especies silvestres de árboles está amenazada por la tala insostenible: la extracción insostenible de plantas es una amenaza para varios grupos, como los cactus, cicadas y orquídeas, y la caza insostenible ha sido identificada como una amenaza para 1341 especies silvestres de mamíferos, con declive en las de mayor cuerpo que tienen también unas tasas bajas de incremento debido a la presión de esa actividad.
El reporte identificó generadores, como los cambios en los paisajes terrestres y marinos, el cambio climático, la contaminación y las especies invasivas, que impactan la abundancia y distribución de las especies.
Llamó a una regulación efectiva a través de las cadenas de suministro, de lo local a lo global, en el comercio de especies entre países para no aumentar la presión sobre distintas especies que derive en el colapso de algunas de ellas.
El uso y el comercio ilegales también fueron considerados por el informe, pues se da en todas las prácticas. Se encontró que el comercio ilegal de especies representa la tercera clase de comercio ilegal, con un valor estimado en US$199 000 millones anuales.
La tala desorbitada amenaza gran cantidad de especies silvestres. Acá, tala en la Amazonia en Brasil. Foto IPBES