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sábado, 23 de agosto de 2025

Latinoamericanos tenemos genes denisovanos

Los primeros pobladores americanos tenían y traspasaron genes denisovanos, que hoy están en los pobladores de ascendencia indígena. Imagen NPS


De ellos se supo por unos pocos huesos hallados en una cueva en la región de Altái en Siberia (Rusia). Poco a poco los análisis han mostrado que se reprodujeron con humanos y Neandertales, transmitiéndoles sus genes, algunos por ejemplo que ayudan a resistir las alturas. Eran los denisovanos.

Pero hay más. Un nuevo estudio muestra cómo los latinoamericanos actuales con ancestros indígenas tienen genes denisovanos. Por ejemplo el gen MUC19, que se relaciona con la producción de proteínas que forman la saliva y las mucosas barreras en los tractos respiratorio y digestivo.

El hallazgo se hizo con ADN recogido de individuos excavados en sitios arqueológicos en Norte y Sudamérica.

La frecuencia con la cual el gen aparece en las poblaciones humanas actuales sugiere que estuvo bajo una significativa selección natural, es decir que proveyó una ventaja para la supervivencia o la reproducción para aquellos que lo portan.

Como el gen está relacionado con los procesos inmunológicos, se cree que la ventaja que significó fue ayudar a esos antiguos pobladores a combatir los patógenos nuevos que encontraban  en su migración por el continente americano hace miles de años.

El estudio reveló que el gen probablemente fue pasado a través del apareamiento de los denisovanos a otra población arcaica, los Neandertales, que luego se aparearon con humanos.

Emilia Huerta Sánchez, profesora en Brown University, explicó que "Desde un punto de vista evolutivo, este hallazgo muestra cómo un cruzamiento antiguo puede tener efectos que vemos todavía". Y agregó que "Desde un punto de vista biológico identificamos un gen que parece ser adaptativo, pero cuya función no ha sido caracterizada todavía. Esperamos que conduzca a un estudio adicional sobre qué está haciendo en realidad este gen".

El estudio fue presentado en Science.

lunes, 30 de junio de 2025

¿Por qué los gatos duermen sobre su lado izquierdo?

Dormir como el gato de la imagen es una ventaja evolutiva que les puede representar éxito en su supervivencia. Foto Picryl


No es un cuento ni menos un chiste: los gatos prefieren dormir sobre el lado izquierdo de su cuerpo y eso tiene una explicación, sugiere un estudio publicado en Current Biology.

Bien lógica es la razón de esta actitud, que tiene ventajas para ellos.

Les cuento. El equipo de científicos que se dedicaron a investigar este asunto, estuvo compuesto por investigadores de la Universidad de Bari Aldo Moro en Italia, Ruhr University Bochum, Medical School Hamburg y otros en Canadá, Alemania, Suiza y Turquía.

El equipo estuvo dirigido por Sevim Isparta, de la Unidad de Investigación en Conducta y Fisiología Animal en Bari y Onur Güntürkün de Biopsicología en Bochum y quería si los gatos prefieren dormir sobre un lado y no el otro. Precisamente este último explicó que las "Asimetrías en el comportamiento puede tener ventajas porque ambos hemisferios del cerebro de especializan en diferentes tareas".

Hay que considerar que los animales son vulnerables cuando duermen y los gatos lo hacen al menos 16 horas diarias, con preferencia por lugares altos a los cuales los depredadores solo puedan acceder desde abajo.

¿Qué pasó? Que los investigadores analizaron 408 videos en YouTube en los cuales un gato estaba claramente visible con su cuerpo durmiendo sobre un lado al menos durante 10 segundos. Solo se usaron videos originales sin modificaciones. Resulta que dos tercios de los videos mostraban gatos durmiendo sobre el lado izquierdo.

¿Por qué? La explicación es clara y tiene mucha lógica. Los gatos que duermen sobre su lado izquierdo perciben los alrededores despertándose con su campo visual izquierdo, que es procesado en el hemisferio derecho del cerebro. Este está especializado en alerta espacial, el procesamiento de amenazas y la coordinación de rápidos movimientos de escape.

Entonces, si un gato está durmiendo sobre su lado izquierdo y despierta, la información visual sobre depredadores o presas va directamente al hemisferio derecho del cerebro, que es mejor procesando esto. "Dormir sobre el lado izquierdo puede por lo tanto ser una estrategia de supervivencia", escribieron los científicos.


viernes, 22 de noviembre de 2024

Los fantasmas pueden beneficiar la salud: estudio

La atracción por situaciones de terror e historias que generan miedo es muy común entre las personas. Ilustración Pickpik


Un poco de miedo no hace daño y, por el contrario, puede beneficiar. Los fantasmas, las historias de terror, las casas encantadas, los muertos vivientes... todas esas creaciones que generan temor ayudan a la persona.

¿Pero ayudan a qué? Científicos de Aarhus University en Dinamarca sugieren que el miedo creado por experiencias recreativas puede reducir inflamaciones en personas con bajo grado de inflamación.

Las reacciones de miedo y temor agudo son mecanismos fundamentales de supervivencia que activan el sistema adrenérgico, accionado respuestas de pelee o huya. Mientras el estrés crónico se asocia con un no saludable bajo grado de inflamación, la activación breve de este sistema ha sido visto que impacta de modo positivo el sistema inmunitario. Entonces el grupo de Aarhus estaba inquieto acerca del potencial efecto de la exposición al miedo voluntario en los niveles de inflamación en personas.

En su estudio, publicado en Brain, Behaviour, and Inmunity, los investigadores reclutaron 113 visitantes adultos a una atracción de una casa embrujada en Vejle, Dinamarca. Con una edad media de 29.7 años, eran 69 mujeres y 44 hombres. La frecuencia cardiaca fue monitoreada a través del evento, que duró 51 minutos, y los participantes reportaron los niveles de miedo con una escala de 1 a 9.

Se recolectaron además muestras de sangre antes, inmediatamente después y a los tres días para medir una proteína reactiva C de alta sensibilidad y conteos de células inmunológicas. 22 participantes tenían inflamación leve antes del evento, 18 mostraron un descenso en los niveles de la proteína tres días después del evento. El total de linfocitos y leucocitos se redujo en toda la cohorte al comparar los niveles antes y tres días después.

La disminución en los marcadores de la inflamación entre aquellos con bajo grado de inflamación al comienzo sugiere que la experiencia recreativa asustadora puede reducir las respuestas inmunológicas. No se encontró diferencia proporcional significativa en el número de participantes con bajo grado de inflamación cuando se compararon los niveles durante el evento y tres días después.

Los hallazgos se alinean con estudios en animales no humanos que muestran que el estrés agudo puede movilizar células inflamatorias y preparar el sistema inmunitario para un potencial trauma o infección.

Las personas se involucran con frecuencia en actividades que generan miedo con fines recreativos, desde historias de fantasmas, bromas de susto, filmes de terror y atracciones embrujadas. El estudio sugiere que esas experiencias no solo generan emociones sino también potenciales beneficios para la salud al modular las respuestas inmunitarias.

lunes, 21 de octubre de 2019

Ojo: el ejercicio SÍ reduce riesgo de cáncer


No se ha establecido cuánto ejercicio ayuda, el caso es hacerlo varias veces a la semana. Foto Pixabay

Un consejo que salva vidas: haga ejercicio, que salva vidas.
De hace tiempo se sabe que el ejercicio mejora la salud, fortalece los músculos y huesos, mejora el metabolismo, el semblante y la memoria.
Ahora un panel de expertos concluyó, tras revisar la evidencia existente, que la actividad física ayuda a reducir las chances de desarrollar siete tipos de cáncer: colon, seno, riñón, endometrio, vejiga, estómago y adenocarcinoma faríngeo.
Es más: encontraron que el ejercicio, antes y después de un diagnóstico de cáncer, está relacionado con una mayor supervivencia en personas con cáncer de seno, colorrectal o de próstata.
Un informe de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) recordó que hace una década, el American College of Sports Medicine (ACSM) reunió el primer panel de expertos para revisar el papel del ejercicio en el cáncer, pero para ese entonces no existían tantos estudios y era limitada la evidencia que sugería el beneficio sobre los cánceres de colon, señor y tal vez algo más. Y también había señales de que podría mejorar la supervivencia de personas diagnosticadas con ese mal.
Hoy la evidencia es sólida y se fortalece cada vez más.
Por eso la ACSM reunió un grupo de 40 expertos para que hicieran una revisión de literatura científica y resumieran el nivel de evidencia.
Esto fue lo que encontraron, según publicaron en tres artículos en Medicine & Science in Sports & Exercise y en CA: A Cancer Journal for Clinicians.
Hallazgos:
-Hay evidencia moderada que respalda una asociación entre el ejercicio y otros cánceres, como de pulmón e hígado.
-No está claro aún cuánto ejercicio se requiere para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer, pero estar físicamente activos es uno de los pasos más importantes en general que personas de todas las edades y capacidades pueden hacer.
-Reducir el tiempo de permanecer sentados también puede ayudar a bajar el riesgo de ciertos cánceres, como de endometrio, colon y pulmón. Pero las conclusiones todavía no son muy firmes.
-Cada superviviente de cáncer debería evitar la inactividad. Hay muchas evidencia de que los ejercicios aeróbicos y de resistencia mejoran los resultados de un cáncer, reduciendo la ansiedad, la depresión y la fatiga mientras se mejora el funcionamiento físico y la calidad de vida.
-La actividad física antes y después de un diagnóstico de cáncer también puede mejorar la supervivencia en ciertos cánceres, con los mayores beneficios por el ejercicio durante y después del tratamiento por el cáncer.
-Con base en las evidencias, el panel recomienda que los supervivientes de cáncer hagan ejercicio de moderado a intenso al menos dos a tres veces a la semana en sesiones de unos 30 minutos.
-El ejercicio, en general, es seguro para los supervivientes por este mal. En algunos casos ayuda a la supervivencia misma.
-Se recomienda a los equipos de tratamiento y a los profesionales del ejercicio, incorporar el ejercicio dentro de las prescripciones para el cuidado del cáncer.