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jueves, 13 de marzo de 2025

Explosiones de estrellas causaron extinciones masivas en la Tierra

En el centro en el círculo la supernova que se vio en 1987 en la Gran Nube de Magallanes, en la nebulosa de la Tarántula a 168 000 años luz. Una distancia segura para nosotros. Ardió con una potencia como de 100 millones de soles. Foto Hubble/NASA/ESA


Se cree que la Tierra está hoy a una distancia segura de las explosiones de supernova, esa muerte violenta de estrellas gigantes que arroja una radiación impresionante. ¿Pero fue así en el remoto pasado del planeta?

No. No, de acuerdo con científicos de Keele University, Inglaterra. En un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, presentan datos sorprendentes.

De acuerdo con ellos, hubo explosiones de supernovas cerca que afectaron la vida en la Tierra, y no de cualquier forma: ¡provocaron extinciones masivas!

Hasta acá llegaron sus efectos, alterando la capa de ozono, esparciendo lluvia ácida y exponiendo la vida a los nocivos rayos ultravioletas del Sol. Es más, su estudio indica que esas explosiones fueron culpables de las grandes extinciones masivas de hace 372 y 445 millones de años.

La del Devoniano, hace 372 millones de años, borró de la faz del planeta el 70 % de todas las especies. La del Ordovícico, hace 445 millones de años, acabó con  60 % de los invertebrados marinos, en una época en la cual la vida estaba confinada en los océanos.

Los científicos encontraron que la tasa de supernovas que ocurren cerca a la Tierra es consistente con los tiempos en que ocurrieron esas dos extinciones.

Los científicos llegaron a esa conclusión tras realizar un censo de estrellas masivas hasta una distancia de 3260 años luz del Sol y así determinaron la tasa a la cual ocurren las explosiones de supernova en la galaxia.

Hoy, para que una supernova amenazara nuestro planeta tendría que ocurrir a máximo 30 años luz de nosotros: destruiría la atmósfera terrestre y por ende desaparecería toda la vida acá. No se encuentra en ese radio ninguna estrella supermasiva que pudiera terminar su vida de tan violenta manera. Las estrellas masivas que podrían explotar se encuentran un poco más lejos y los efectos entonces serían mínimos.

En el vecindario hay una estrella candidata a supernova, Espiga, a 250 años luz, su efecto no se sentiría.

Para expertos, la Tierra está segura por ahora. Pero el Sistema Solar hoy está entrando en el brazo de Orión, donde hay una intensa formación de estrellas y le tomará unos 10 millones de años cruzarlo. Ese ambiente podría ser, hipotéticamente, más amenazador. Pero toda la información recogida muestra que un potencial encuentro letal con una supernova ocurre unas pocas veces cada varios miles de millones de años. Tal vea, como los casos de extinciones masivas que reportan los científicos de Keele.

Nota: con datos proporcionados por la Royal Astronomical Society y Space.com

miércoles, 23 de junio de 2021

La Tierra vive ciclos de vulcanismo catastrófico

Una intensa actividad volcánica vive la Tierra cada 27,5 millones de años. Foto Pixabay


Cada tantos millones de años, la Tierra entra en un pulso geológico de inmensa actividad, comenzando con grandes eventos de vulcanismo. ¿La consecuencia? Masivas extinciones de especies en la superficie y en los océanos.

El análisis de científicos, publicado en Geoscience Frontiers se centró en lo sucedido en los últimos 260 millones de años, periodo en el cual hubo grandes eventos de esa clase.

El hallazgo es la confirmación con mayor exactitud de algo que se insinuaba: ciclos cada 26 a 36 millones de años con derivaciones serias para la vida al alterarse condiciones climáticas.

Esta investigación estableció que los pulsos se presentan cada 27,5 millones de años.

¿Cuándo se presentó el último? Fue hace 7 millones de años. Quiere decir que en 20 millones más o menos podría darse esa serie de alteraciones geológicas que trastornan la normalidad del planeta.

El estudio utilizó modernas técnicas de datación radio isotópica para establecer con mayor precisión cuándo se presentaron los pulsos geológicos en estos 260 millones de años. En ese periodo se hallaron 10 pulsos, que se pueden originar en ciclos de actividad en el interior de la Tierra, procesos geológicos relacionados con la dinámica de la tectónica de placas y el clima.

Pero también puede deberse a ciclos similares en la órbita del planeta en el espacio.

"Cualquiera que sea el origen de estos episodios cíclicos, nuestros hallazgos respaldan el caso de un registro geológico catastrófico periódico, coordinado e intermitente lo cual es una desviación de lo que sostienen muchos geólogos", explicó Michael Rampino, , investigador del Departamento de Biología en New York University, cabeza de la investigación.

A salvo, por ahora.