Son independientes, astutos, misteriosos y distantes. Son los gatos. Y ahora un novedoso estudio sugiere que en asuntos de comunicación tienen sus favoritismos. La investigación, publicada en Ethology, dice que maúllan más cuando... son sus cuidadores masculinos quienes ingresan por la puerta.
Como mucho del conocimiento sobre los saludos entre humanos y gatos sed basaba en lo que contaban sus tenedores, científicos dirigidos por Yasemin Salgirli Demirbas, de la Universidad de Ankara, estudiaron a 31 gatos y a sus cuidadores domésticos en su entorno doméstico.
Estos, con cámara en el pecho, debían filmar los primeros minutos de su regreso a casa, comportándose con la mayor naturalidad. El equipo analizó solo los primeros 100 segundos de cada persona, registrando 22 comportamientos específicos. Estos incluían el número de maullidos, el roce de la cabeza contra la pata y comportamientos relacionados con el estrés, como el bostezo.
El análisis de cientos de videos mostró un patrón que sobresalía: los gatos vocalizaban con mayor frecuencia (maullidos,ronroneos, gorjeos) al saludar a sus cuidadores masculinos que al saludar a sus cuidadoras. Esa mayor frecuencia se mantuvo en todos los casos, independiente de la edad, raza, sexo o incluso el tamaño del hogar. En promedio emitían 4.5 maullidos en los primeros 100 segundos de saludo a los hombres, en comparación con tan solo 1.8 en el caso de las mujeres.
Los investigadores especularon una explicación: que como los cuidadores masculinos tienden a hablar menos con sus gatos y, en general, son menos atentos, estos adaptan su comunicación para captar su atención.
Se descubrió también que los gatos utilizan diversas formas de comunicación al saludar a sus dueños. Adoptan comportamientos sociales amistosos (postura con la cola hacia arriba, acercarse y frotarse contra la persona) y comportamientos de afrontamiento (bostezar, estirarse, arañar). Los investigadores interpretan esto como evidencia de que cuando un gato dice hola, se trata de una forma compleja de comunicación que incluye un deseo de conexión, así como una forma de gestionar el estrés, como el alivio ahora que el cuidador está en casa.
Como el estudio solo se hizo con participantes de Turquía y la muestra fue pequeña, se necesitarán estudios más amplios para confirmar los hallazgos.

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