viernes, 30 de mayo de 2025

Cerca a Bogotá hallaron rama no conocida de humanos

Esqueletos de dos de los cazadores-recolectores de hace 6 000 años hallados en el sitio arqueológico Checua, en el altiplano de Bogotá, analizados en la investigación. Foto Ana María Groot/Universidad Nacional de Colombia


Quién iba a pensar que todavía hoy se encontraran poblaciones de humanos perdidas en el pasado. Y eso fue lo que acaba de publicarse: hallaron una población aislada genéticamente de cazadores-recolectores que habitó lo que es hoy el altiplano de Bogotá, unos humanos totalmente distintos a los conocidos, que no se mezclaron y que vivieron hace unos 6000 años en esa región.

La identificación se logró con el análisis genómico de 21 individuos. Era un grupo precerámico, una rama independiente de de la radiación inicial de humanos en Sudamérica. Un grupo que prácticamente no se mezcló con otras poblaciones de los primeros pobladores que persistieron en Norte y Sudamérica.

Estudios han investigado el viaje humano a través de Beringia hasta Norteamérica y otros han estudiado el camino recorrido en Sudamérica, pero no se había investigado el ADN tras pistas de aquellos que vivieron entre Norte y Sudamérica.

Fue así como científicos encabezados por Kim-Louise Krettek y colegas de varias universidades, entre ellas las colombianas Universidad de los Andes y Universidad Nacional, identificaron el pool de genes exclusivo en esta región. Para eso analizaron el genoma de 7 cazadores-recolectores de hace 6000 años, 9 del periodo Herrera de hace unos 2000 años, 2 de Los Curos de hace 530 años y 3 de la cultura muisca de entre hace 1200 a 520 años. Todos vivieron en el altiplano de Bogotá.

Los cazadores-recolectores tenían un linaje basal ligado o genéticamente cercano al genoma inicial asociado con la primera radiación a Sudamérica. 

El grupo también carecía de afinidad diferencial, o variaciones genéticas compartidas, con otros grupos de Norteamérica.

En general, su genética no se traslapó con personas actuales o antiguas de Sudamérica. Así, este grupo de cazadores-recolectores representan una rama genética de humanos que no se conocía y que se desapareció hace unos 2 000 años. Los genomas de las 14 personas de los periodos subsecuentes están predominantemente relacionados con poblaciones de Centroamérica.

"Nuestro estudio aporta evidencia de un importante recambio genético en el altiplano", según Krettek.

En la investigación, publicada en Science Advances, participaron además científicos de las unviersidades de Bolonia, Tubingen, Lyón, el Max Planck Institute.

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