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lunes, 29 de abril de 2024

Telescopio espacial toma en detalle la nebulosa Cabeza de Caballo

La nebulosa Cabeza de Caballo. En el recuadro, área mirada con gran detalle por el telescopio Webb. Foto ESA/Nasa


Es uno de los objetos más llamativos del espacio para los astrónomos, situada a tan solo 1300 años luz de nosotros. Es la nebulosa Cabeza de Caballo, que acaba de ser mirada en detalle por el telescopio espacial Webb.

Está en la constelación de Orión el guerrero, levantándose de ondas turbulentas de gas y polvo, y se formó a partir de una nube de material interestelar que colapsó y resplandece porque la ilumina una estrella cercana. Mide unos 13 años luz y posee una masa de unos 250 soles.

De acuerdo con los astrónomos, le deben quedar unos 5 millones de años antes de que se desintegre por completo.

Esta nebulosa es una región donde la luz ultravioleta de estrellas jóvenes y masivas crean un área neutral y caliente de gas y polvo entre los alrededores altamente ionizados alrededor de estrellas masivas y nubes en las cuales nacen.

Su cercanía la hace especial para el estudio astronómico de su estructura, composición y comportamiento del gas y el polvo en tal ambiente.

Parte superior de la nebulosa donde se aprecia el gas denso contra un fondo estelar resplandeciente. Fot ESA/Nasa


miércoles, 27 de enero de 2021

¿Qué diablos es este objeto celeste?

El extraño objeto: el rojo es hidrógeno, azul oxígeno. Se señalan las dos posibles fuentes. Imagen Robert Pölz, Marcel Drechsler, Xavier Strottner


¿Qué es esa cosa tan extraña? Extraña y maravillosa. ¿Qué es eso que se aprecia en la constelación del Triángulo? No se sabe.

El caso es que los astrónomos aficionados Marcel Drechsler y Xavier Strottner, cazadores de nebulosas planetarias, detectaron este objeto extraño. Su nombre técnico: StDr 56 (por sus nombres).

Podría tratarse de una de esas nebulosas. Una nebulosa planetaria está constituida por vientos de gas que fluyen de una estrella tipo Sol cuando muere y se convierte en una gigante roja. Las capas externas salen disparadas dejando ver el núcleo de la estrella: una enana blanca densa. La luz ultravioleta de la enana hace que ese gas resplandezca al excitarlo.

Estas nebulosas tienen formas variadas, pero no así como esta, cuyas líneas podrían ´presentarse si el gas fluye a lo largo de un campo magnético. Pero es improbable que le dé forma así a una nebulosa.

Los dos aficionados detectaron dos enanas que podrían ser la fuente del gas, una a 1130 años luz de la Tierra y la otra a 3800. De ser la primera, la nebulosa mediría 10 años luz, grande aunque no si la estrella tuviera una masa de 5 veces la solar. Si es la segunda, mediría 33 años luz y sí que sería sorprendente.

¿Qué es entonces? Se requeriría un gran telescopio para determinar bien las líneas espectrales y su velocidad, porque además cabe la posibilidad de que fuera un remanente de supernova (la explosión de una estrella grande al morir).

Todo es incierto.

Nota: con aporte de Bad Astronomy




jueves, 18 de julio de 2019

A las gallinas les gusta ir al solarium


No es extraño que muchas personas sufran de deficiencia de vitamina D, lo que afecta la fortaleza de sus huesos y aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias.

Se puede elevar el contenido de vitamina D en los huevos. Foto Wikipedia Commons

El Sol es una buena fuente de esa vitamina. Con él las personas pueden suplir 90 % de sus necesidades, el resto con los alimentos. Pero en invierno es difícil y además los estilos de vida, encerrados en una oficina o la casa, impide una absorción suficiente.
Y un alimento que la contiene es el huevo, que ayuda a compensar la carencia de la vitamina D.
Claro, estos tienen cierto contenido de vitamina, pero ¿no se puede aumentar?
Uhmmm… tal vez construyéndoles un solárium. ¿Muy raro?
Un grupo de científicos nutricionistas y agrícolas en la Martin Luther University Halle-Wittenberg (MLU) encontró una forma de aumentar la vitamina D en los huevos: exponiendo las gallinas a luz ultravioleta y ese hallazgo lo presentaorn en el journal Poutry Science.
Mediante lámparas UV en los gallineros se pudo estimular el aumento de la vitamina D, dijo uno de los investigadores.
En estudios previos habían demostrado la viabilidad al alumbrar las patas de las gallinas con esa luz, pero bajo condiciones ideales. No lo habían hecho en campo.
Así, el nuevo estudio se hizo en dos granjas avícolas y se compararon las camadas de pollos, las lámparas y las distintas exposiciones a esa luz.
Con seguimiento continuo para cuidar el comportamiento de las gallinas a esa luz, luego de tres semanas de exposición a la luz UV el contenido de vitamina D aumentó de 3 a 4 veces.
A más tiempo no se logró mayor contenido. Y las gallinas no variaron su comportamiento ni evitaron la luz.
Un solárium para las gallinas, ¿y lentes oscuros?