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miércoles, 15 de julio de 2020

Primera extinción de un pez en tiempos modernos

El pez rojo de manos era pequeño y vivía quieto en el fondo del mar. Foto U. of Tasmania-IMAS


Podría decir alguien que las olas del mar parecen llorar al tocar la playa. El océano está de luto. Por primera vez en los tiempos modernos se documentó la extinción de una especie de pez marino: el pez rojo de manos de los mares de Tasmania.
Eso afirma un artículo en Scientific American. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) declaró oficialmente extinto al pez Sympterichthys unipennis, que había sido descubierto para la ciencia en 1817 por G. Cuvier en los alrededores de Port Arthur.
Hacía varios años había sido catalogado como en peligro crítico de extinción. Por eso en Australia surgió una inicativa de financiación para tratar de salvarlo.
Un informe del Institute for Marine & Antarctic Studies de la Universidad de Tasmania (IMAS), indicaba que desde 2007 no se veía ninguno.
Australian Geopgraphic reportó por su parte hace seis años que en los años 1980 se halló una pequeña población en las islas Actaeon, pero la población más grande había sido vista en arrecifes alrededor de Hobart, 10 individuos solamente. Desde 2005 no se veía en estas áreas.
En 2010 se vieron tres individuos en Primrose Sands según esta organización.
Era un pez con dos variedades, una con puntas rojizas y otra con el rojo predominante en el cuerpo. Se llama pez de manos porque sus aletas semejan ese extremidad y las usaba para moverse en el fondo, a profundidades entre 5 y 10 metros donde se le hallaba. Medía entre 6 y 13,5 centímetros.
Los peces de mano comprenden unas 14 especies. No tienen fase larval y poco se mueven en su edad adulta.
"Pasan la mayor parte del tiempo asentados en el fondo, con ocasionales aleteos para moverse si son molestados", dijo a Scientific American Graham Edgar, de la Universidad de Tasmania.
Esa situación los hace vulnerables a cambios ambientales,a polución y la pesca de arrastre, siendo presas fáciles de coleccionistas.
Las guías de las Listas Rojas (que emite la IUCN para las distintas especies) definen 'extinguido "cuando no hay duda razonable de que el último individuo ha muerto", aunque en realidad es difícil  establecer cuándo se extingue una especie.



jueves, 29 de agosto de 2019

Esta mujer tuvo dos partos en 11 semanas


Por lo general los mellizos nacen con minutos de diferencia. Unas pocas horas máximo. Pero este caso es diferente.

La mujer llevaba 25 semanas de preñez del segundo hijo cuando tuvo la hija. Foto Wikipedia Commons

Sí, los mellizos de Lilliya Konovalova, habitante del norte de Kazajistán, nacieron con una diferencia de 11 semanas. Sí. Once semanas. ¿Cómo puede ser eso posible?
La mujer, de 29 años, esperaba ir solo una vez al hospital a tener sus hijos, no dos como tuvo que hacer: una en mayo, cuando nació su hija, y la otra a comienzos de agosto, cuando nació su hijo.
Este no tenía afán en nacer, dijo la madre al Daily Mail, pero el caso tenía algo más de extraño.
Que mellizos nazcan con tanta diferencia es raro, pero sucede. De hecho el récord está en 87 días de diferencia entre un parto y el otro.
Se debe a que la madre los gestó en úteros separados. Konovalova tiene una condición llamada útero didelfo, es decir en realidad tiene dos úteros.
Esta condición no es demasiado extraña, pues una en 2000 mujeres la posee y surge muy temprano en el desarrollo del feto.
Lo que sí es muy escaso, 1 en 50 millones, es que cada bebé se desarrolle en su propio útero, de acuerdo con un informe en Scientific American. Para una mujer con útero didelfo la posibilidad de concebir un mellizo en cada uno es de 1 en 25 000.
Ha habido otros casos no muy lejanos. En 2009 una mujer en Michigan, Estados Unidos, con útero didelfo, tuvo dos niñas, una en cada lado. En 2014 otra en el Reino Unido tuvo trillizos, dos de ellos compartieron un útero, el otro bebé en el segundo útero.
Pero en ninguno de estos casos nacieron en momentos separados. En el caso de Knovalova, cuando nació su hija Liya, tenía solo 25 semanas de embarazo del segundo y los médicos esperaron que tuviera más semanas.
Cuando al final nació Maxim, se había desarrollado mucho más.
Todos están sanos.


lunes, 26 de agosto de 2019

En la Antártida encuentran restos de una supernova


En la remota Antártida, el continente blanco, científicos encontraron residuos de Hierro-60, un raro isótopo de ese elemento.

Estación Kohnen en la Antártida. Allí cerca se halló el polvo cósmico. Foto cortesía estación

Aunque podría parecer algo normal, tras descartar su posible origen en plantas y armas nucleares acá en la tierra, los astrónomos deducen que se trata de un isótopo generado en una de las más violentas explosiones del universo: una supernova.
Una supernova que sucedió hace millones de año, cuando alguna estrella masiva explotó al final de su ciclo, cuando se agota el combustible.
Los científicos analizaron unos 500 kilos de nieve reciente que recogieron en una zona alta cerca a la estación alemana Kohnen. Allí la nieve está más libre de contaminación terrestre.
El polvo con el hierro-60 fue entonces detectado. Este isótopo no es de común ocurrencia en nuestro planeta.
Un isótopo es una versión de un elemento que difiere en el número de neutrones en sus átomos.
¿Cómo llegó a la Tierra? Se esparció por una región del espacio tras el estallido de la supernova y en algún paso de nuestro planeta por esa región entró en contacto.
No es algo extraño. Según una nota en Scientific American, nuestro sistema solar está cruzando hoy por una gran nube de polvo espacial, llamada la Gran Nube Interestelar.
Para descartar origen terrestre, los investigadores estudiaron además el manganeso-53, otro isótopo, creado también por radiación cósmica. Al analizar la relación entre los dos isótopos hallaron que el manganeso-53 era menos que si hubiera sido de origen local.
El hierro-60 existió en la infancia del planeta, pero decayó luego. Se genera en reacciones nucleares en plantas y queda confinado allí.
Entonces, dedujeron que se trata de polvo generado en una explosión de supernova.
¿Cuándo sucedió y dónde? No se sabe. Y tal vez nunca se sepa.