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miércoles, 3 de diciembre de 2025

¡Mátenme que estoy enferma!

Las obreras aplican a la pupa un veneno para controlar la infección, veneno que tambi´n mata a las crías. Foto Chistopher Pull/ISTA


Las hormigas son organismos muy organizados y en cuyas colonias los individuos trabajan juntos por el bienestar de todos y científicos en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria hicieron un descubrimiento que muestra con claridad cómo funcionan ante situaciones de calamidad que amenaza el colectivo.

¿Qué encontraron? Las crías de hormigas que tienen una enfermedad terminal, así como las células infectadas, emiten un olor que indica su muerte inminente y el riesgo que representan. Un sistema de alerta temprana que facilita una rápida detección y eliminación de patógenos.

¿Cómo proceden entonces? En muchas especies animales, entre ellas los humanos, los individuos esconden enfermedades para no sentirse excluidos del grupo social. En las hormigas estudiadas es diferente.

Ante una infección incurable, las crías de hormigas emiten activamente esa señal de alarma que advierte a la colonia del riesgo de contagio que representan.

¿Entonces? Pues al recibir la señal, las hormigas obreras responden con celeridad desempacando del capullo las pupas enfermas, crean pequeñas aberturas en sus cuerpos y aplican un veneno antimicrobiano, el ácido fórmico, que funciona como un desinfectante de producción propia. Este tratamiento elimina de inmediato los patógenos que se multiplican dentro de la pupa, pero tiene un serio efecto secundario: también las mata.

Erika Dawson, primera autora del artículo publicado en Nature Communications, explica que "A primera vista lo que parece un autosacrificio es, de hecho, benéfico para la señalizadora: protege a sus compañeras de nido, con quienes comparte muchos genes". La científica agrega que "Al advertir a la colonia de su infección mortal, las hormigas terminales ayudan a la colonia a mantenerse sana y a producir colonias hija, que transmiten indirectamente los genes de la señalizadora a la siguiente generación".

lunes, 17 de marzo de 2025

Para tener sexo, tranquilícela primero

El pequeño pulpo de rayas azules, que desarrolló una forma muy particular de apareamiento. Foto Wikipedia Commons


 Es mejor prevenir que curar y que morir. Eso se lo toma muy a pecho el pulpo macho de anillos azules (Hapalochlaena fasciata) cuando se trata de estar con su pareja.

Es un pequeño molusco cefalópodo de la familia Octopodidae, tan pequeño que su cuerpo mide solo cinco centímetros y 10 sus brazos, de modo que hay que andar con cuidado.

Pues bien, un equipo de neurólogos, ambientalistas y bioingenieros de la University of Queensland en Australia encontró algo bien interesante y lo publicó en un artículo en Current Biology. Capturaron varios individuos para estudiar su comportamiento y sus signos vitales. Y ahí fue la sorpresa.

Se sabe que no es extraño que al aparearse, la hembra se coma al macho. Tan es así que una especie desarrolló un novedoso sistema de transferencia del esperma mediante un brazo largo para mantener la distancia durante el acoplamiento.

Pero el caso de H. fasciata es diferente. Las hembras son más grandes que los machos y se han reportado casos donde se come a su pareja tras la cópula.

Al estudiarlos encontraron que durante el apareamiento, el macho muerte la hembra en la aorta y le inocula una pequeña porción de veneno. Se trata de tetrodotoxina, que usan otros como el pez globo.

¿Entonces la mata? No. El veneno paraliza la hembra, de modo que el macho copula tranquilo y acaba cuando ella comienza a recuperarse.


jueves, 23 de enero de 2025

Fotonoticia: Hallan en Colombia escorpión único en Latinoamérica

La imagen muestra T. achilles (izquierda) y T. icarus, también colombiana, bajo la luz ultravioleta. Imagen L. Laborieux


En las laderas de una región de Cundinamarca que da hacia el Magdalena (Colombia), científicos se encontraron toda una sorpresa: un escorpión que lanza su veneno, a diferencia de los demás que lo inyectan.

Escorpiones que lancen su veneno como un espray solo se conocían en dos géneros en Norte América y África. El nuevo género y especie fue llamado Tityus achilles, y fue reportado en Zoological Journal of the Linnean Society.

"La mayoría de escorpiones probablemente pueden rociar su veneno, solo que no lo hacen. Esta respuesta comportamental extrema solo se conocía en dos géneros", dijo Leo Loborieux, autor principal, citado por Live Science.

Esa forma de aplicar las toxinas se ha observado en algunos otros organismos, como algunas cobras. Las toxinas que son aplicadas externamente se llaman toxungens y una amplia variedad de animales, de artrópodos a moluscos y mamíferos la usan como defensa y a veces para cazar.

Los escorpiones son arácnidos. Sus colas terminan en una estructura llamada telson, que contiene un bulbo lleno de veneno. El telson tiene un aguijón puntiagudo que normalmente inyecta el veneno.

Pero en el caso de la rara especie colombiana, no es así.

viernes, 23 de agosto de 2024

Con estrategia, esta araña come luciérnagas a lo loco

Una luciérnaga macho atrapada. La araña hace que cambie el patrón de los flashes para imitar una hembra y así atraer otros machos. Foto Xinhua Fu


Qué sorpresas te da el mundo de los animales no humanos. Grandes o pequeños. Y esta es la historia de una pequeña araña en China, una historia basada en un estudio científico publicado en Current Biology.

Cuando el Sol, se oculta en Wuhan, las luciérnagas (cocuyos) machos buscan la luz que emiten las hembras, en pulsos distintos a los suyos. Una oportunidad para aparearse.

En la tropical especie de Asia Abscondita terminalis, tanto hembras como machos emiten flashes para encontrar pareja, pero los flashes no son idénticos. Las hembras emiten pulsos lentos y únicos con una sola linterna, mientras los machos lo hacen en una rápida sucesión con las dos linternas abdominales.

Pero en la noche hay un astuto depredador que las espera. Es la araña Araneus ventricosus, una araña nocturna con su gran red. Xinhua Fu, biólogo de Huazhong Agricultural University, en sus salidas de campo notó que en las telarañas solo había luciérnagas macho y se preguntó porqué.

Le contó a Daiqin Li, biólogo de la University of Singapore y coautor del estudio. No lo podía creer. De modo que se inventaron una manera para analizar 161 telarañas, que dividieron por grupos.

En el primero pusieron una luciérnaga macho y había allí una araña; en el segundo pusieron una luciérnaga y en ella no había araña; en el tercero las telarañas tenían araña y pusieron una luciérnaga pero cubrieron su linterna. Y en la cuarta ni arañas ni luciérnagas.

¿Qué sucedió?

Aguarden:

En las telarañas con macho y araña a bordo había luego siete machos atrapados. Las telarañas sin arañas solo capturaban en promedio dos cocuyos.

Pero hay más:

Observaron que las arañas se comportaban distinto dependiendo de si había luz visible de las luciérnagas, en cuyo caso las envolvían y mordían, manteniéndolas vivas y dejando que siguieran emitiendo los flashes, y así hacían con todos los que cayeran. En las que la linterna se había cubierto, de una se las comían.

Al analizar los patrones de luz se encontró que en aquellas con machos que eran envueltos y mordidos por las arañas, lograban así que emitieran pulsos como si fueran hembras, hecho que atraía más machos y por eso había más atrapados en las telarañas.

¿Cómo hacen estas arañas para que los machos atrapados imiten el patrón de luz de las hembras? No se sabe. Se especula que podría ser por el veneno inoculado que bloquea el oxígeno a los órganos que alumbran, o podría tener efectos en los neurotransmisores derivando en cambios en el patrón de los flashes.

Sea como sea, una maravilla.


jueves, 30 de mayo de 2019

Popurrí científico: serpientes mordelonas y nuevo visitante interestelar


1. Ojo con las serpientes. También andan afectadas por el cambio climático y se acercan cada vez más a los humanos. Las mordeduras de estos venenosos reptiles se han disparado en todo el planeta. En la década pasada unos 30 millones de personas fueron mordidas por víboras, con 5,4 millones solo el año pasado. Se calcula que una persona muere cada 5 minutos por acción del veneno que inoculan.

Serpiente mulga. Foto F. Delventhal

El cambio climático ha disparado esos accidentes. Los lugares donde han habitado poco a poco se vuelven insoportables para ellas, así que solo pueden migrar, adaptarse o morir. Y hoy se han observado algunas a cientos de kilómetros de los que eran sus hábitats, aparte de que inviernos más cortos, como en India, hacen que acaban su hibernación más rápido y aumenten los encuentros con humanos.

2. Exocometas o cometas alrededor de estrellas. Han sido observados por astrónomos en lejanos soles, un logro impresionante. Como no son tan sólidos como los planetas, cuando pasan delante de su estrella, al estar cerca de ellas desarrollan una enorme cola que disminuye la luz estelar y permiten su detección. Alrededor de Beta Pictoris se detectaron unos en 1987. Ahora se encontraron tres más. Esa es una estrella muy estudiada, a 63 años luz de nosotros. Los hallaron astrónomos europeos que usaron datos del telescopio TESS, lanzado el año pasado.

3. Animales más pequeños. En los próximos 100 años muchos animales sufrirán una transformación: serán más pequeños, en particular las aves y los mamíferos según un estudio de investigadores de University of Southampton publicado en Nature Communications.
La masa de los mamíferos se reducirá un 25 %, un gran cambio en comparación con el 14 % de reducción vivido en los últimos 130 000 años. La investigación analizó 15484 especies de esos dos tipos de animales.


Dibujo de cómo sería Oumuamua, ahora se halló meteorito interestelar. Imagen Hubble/ESA


4. Visita interestelar. En el Sistema Solar se detectó en 2017 un asteroide de unos 400 metros que provino del espacio interestelar, bautizado Oumuamua. El primero conocido de ese origen. Ahora astrónomos de Harvard University sugieren que hallaron un meteorito que también llegó de fuera de nuestro sistema. Analizando datos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra detectaron uno cuya elevada velocidad indica un posible origen en otra parte de la galaxia. Medía 3 metros y fue detectado el 8 de enero de 2014 en un punto a 18,7 kilómetros de altura sobre la isla Manus en Papua Nueva Guinea: su velocidad fue de 216 000 kilómetros hora y eso revelaría el origen, pues no está atado a la influencia gravitatoria del Sistema Solar.