1. Ojo con las serpientes. También andan afectadas por el
cambio climático y se acercan cada vez más a los humanos. Las mordeduras de
estos venenosos reptiles se han disparado en todo el planeta. En la década
pasada unos 30 millones de personas fueron mordidas por víboras, con 5,4 millones
solo el año pasado. Se calcula que una persona muere cada 5 minutos por acción
del veneno que inoculan.
Serpiente mulga. Foto F. Delventhal
El cambio climático ha disparado esos accidentes. Los
lugares donde han habitado poco a poco se vuelven insoportables para ellas, así
que solo pueden migrar, adaptarse o morir. Y hoy se han observado algunas a
cientos de kilómetros de los que eran sus hábitats, aparte de que inviernos más
cortos, como en India, hacen que acaban su hibernación más rápido y aumenten
los encuentros con humanos.
2. Exocometas o cometas alrededor de estrellas. Han sido
observados por astrónomos en lejanos soles, un logro impresionante. Como no son
tan sólidos como los planetas, cuando pasan delante de su estrella, al estar
cerca de ellas desarrollan una enorme cola que disminuye la luz estelar y permiten
su detección. Alrededor de Beta Pictoris se detectaron unos en 1987. Ahora se
encontraron tres más. Esa es una estrella muy estudiada, a 63 años luz de
nosotros. Los hallaron astrónomos europeos que usaron datos del telescopio
TESS, lanzado el año pasado.
3. Animales más pequeños. En los próximos 100 años muchos
animales sufrirán una transformación: serán más pequeños, en particular las
aves y los mamíferos según un estudio de investigadores de University of
Southampton publicado en Nature Communications.
La masa de los mamíferos se reducirá un 25 %, un gran cambio
en comparación con el 14 % de reducción vivido en los últimos 130 000 años. La
investigación analizó 15484 especies de esos dos tipos de animales.
Dibujo de cómo sería Oumuamua, ahora se halló meteorito interestelar. Imagen Hubble/ESA
4. Visita interestelar. En el Sistema Solar se detectó en 2017
un asteroide de unos 400 metros que provino del espacio interestelar, bautizado
Oumuamua. El primero conocido de ese origen. Ahora astrónomos de Harvard
University sugieren que hallaron un meteorito que también llegó de fuera de
nuestro sistema. Analizando datos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a
la Tierra detectaron uno cuya elevada velocidad indica un posible origen en
otra parte de la galaxia. Medía 3 metros y fue detectado el 8 de enero de 2014
en un punto a 18,7 kilómetros de altura sobre la isla Manus en Papua Nueva Guinea:
su velocidad fue de 216 000 kilómetros hora y eso revelaría el origen, pues no
está atado a la influencia gravitatoria del Sistema Solar.
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