viernes, 31 de mayo de 2019

Por aire están llegando bacterias nocivas


Polvo del Sahara hacia el oeste. Cae en Canarias, Cabo Verde y las Américas. Foto Nasa


Polvo que transporta el viento. Tormentas. Monstruosas y masivas en los desiertos. Fenómenos que generan algo más que contaminación del aire.
Son, de acuerdo con un nuevo estudio, medios de transporte de una variedad de patógenos que impactan ecosistemas y pueden afectar la salud humana.
Ya vamos a ver lo que encontraron.
La investigación analizó el contenido de partículas de polvo transportadas por el viento desde los desiertos de Asia Central hacia Corea del Sur y Japón.
En esa región asiática están los desiertos de Gobi y Taklimakan. De la primavera al verano y el otoño el viento sopla continuo y dispersa partículas sobre Asia oriental, Japón y a través del Pacífico.
Los satélites rastrean esas enormes nubes de polvo, pero no se ha analizado qué contienen.
Según el estudio publicado en el Journal of Geophysical Research: Atmospheres, se recogieron muestras de polvo de aquellos dos países y con secuenciación de ADN se determinaron las especies de bacterias patógenas.
Se estableció que el polvo transportado por los fuertes vientos contenía al menos 400 especies de bacterias, incluyendo algunas dañinas para los humanos, de los géneros Staphylococcus y Bacillus.
“Nuestros datos revelan que las partículas de polvo mineral incluyen fragmentos nucleótidos de especies patógenas”, dijo Teruya Maki de Kanazawa University en Japón, cabeza del trabajo.
“Adicionalmente hemos demostrado que los hongos asociados con los eventos de polvo pueden aumentar los niveles de alérgenos hasta 10 veces”.
Para su investigación, los científicos utilizaron helicóptero y globos para recoger las muestras a gran altura.
Además usaron dos estaciones constantes de monitoreo a 10 metros de altura durante 4 meses de 2015. Estaciones situadas en Yongin, Corea del Sur y en Yonago en Japón, ambas sobre la línea principal de transporte de polvo.
No solo identificaron partículas biológicas, sino contaminantes como el hollín.
Los científicos, de Japón, Corea,Singapur y Nueva Zelanda hallaron más cantidad de contenido bacteriano desde comienzos de la primavera hasta finales del verano.
Y se sorprendieron pues tipos no esperados de bacterias también estaban en las muestras: bacterias marinas, recogida por los vientos en su paso sobre el agua.
Lo que parece un estudio más no lo es por sus implicaciones y sabiendo además que los eventos de polvo se deben intensificar en todo el mundo durante las próximas décadas por el cambio climático. Los desiertos serán más áridos y los eventos climáticos más frecuentes y extremos pueden fortalecer los vientos.
Aunque la investigación se centró en aquella región asiática, se estima que lo mismo sucede con vientos que llevan polvo a otras zonas del planeta.
Así que ¡cuidado con el polvo que le cae encima!

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