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martes, 8 de julio de 2025

Las orcas son como los gatos: regalan comida a los humanos

En las fotos cuatro casos en los que orcas ofrecieron comida a personas, desde trozos de rayas hasta una foca entera. Casos sucedidos en el oeste del Pacífico Sur, Pacífico Tropical Oriental, Pacífico Nororiental. Imágenes Journal of Comparative Psychology


Quien conviva con un gato conoce de primera mano que este en ocasiones le 'regala' alguna de las presas de sus cacerías: desde ratones a murciélagos y otros. En eso se les parecen, quién creyera, las orcas, conocidas como las ballenas asesinas. Sí, como lee, también muestran su lado amable y su desprendimiento con el alimento. 

En un estudio, investigadores de Canadá, Nueva Zelanda y México reportaron 34 interacciones a lo largo de dos décadas en las cuales las orcas en su medio natural intentaron ofrecerles su comida a personas. Incidentes que tuvieron lugares en distintas regiones del planeta, de California a Nueva Zelanda, de Noruega a la Patagonia.

Jared Towers, quien condujo el estudio, de Bay Cetology en British Columbia, Canadá, explicó que "Las orcas con frecuencia comparten alimento unas con otras, es una actividad prosocial y una manera de construir relaciones con otras". El investigador agregó que "Que también compartan con humanos puede mostrar su interés en relación con nosotros".

Towers, Ingrid Visserde Orca Research Trust en Nueva Zelanda, y Vanessa Prigollini de Marine Education Asociation en México, recogieron y analizaron la información de los 34 incidentes de compartir comida que ellos y otros vivieron.

¿Que hallaron? En 11 ocasiones las personas estaban en el agua cuando las orcas se les acercaron. En 21 casos estaban en botes y en 2 casos estaban en la costa. Algunas fueron capturadas en videos y fotos; otras fueron descritas en entrevistas.

El análisis fue riguroso. Se consideraron solo casos en los que fueron las orcas las que se aproximaron a las personas y no al revés y les dejaron la comida al lado; en todos los casos menos uno, las orcas esperaron a ver qué pasaba tras su ofrecimiento de comida y en siete casos intentaron más de una vez ofrecer la comida cuando las personas se rehusaron inicialmente.

Los investigadores tienen la hipótesis de que "Ofrecer cosas a los humanos podría incluir oportunidades para las orcas de practicar una conducta aprendida, explorar o jugar y al hacerlo, aprender de eso, manipular o desarrollar relaciones con nosotros". También escribieron que "Dadas las avanzadas capacidades cognitivas y la naturaleza social y cooperativa de esta especie, asumimos que cualquiera de las explicaciones y resultados de tal comportamiento son posibles".

El estudio fue publicado en el Journal of Comparative Psychology.

martes, 24 de junio de 2025

Así se rascan la espalda las ballenas asesinas

Un par de orcas rascándose en el allokelping, con lo cual mantienen buena salud en su piel y afianzan lazos sociales. Foto NOAA


Son uno de los animales más mortales del océano y su fama no es la mejor: las orcas, llamadas también ballenas asesinas, tal vez con algo de exageración.

Ahora, científicos descubrieron que estos enormes animales usan herramientas y lo hacen para una actividad algo mundana: rascarse la 'espalda'.

Con drones, científicos reportaron este comportamiento en el mar de Salish, Washington y no fue una vez sino varias y con orcas de distintas edades. El estudio fue conducido por el Centerfor Whale Research en colaboración con la University of Exeter. El hallazgo fue publicado en Current Biology.

Ahora bien, se estarán preguntando cómo se rascan 'la espalda'. Esta es la respuesta: se les observó arrancando pedazos de algas, que usan para masajearse junto a su pareja. Las orcas muerden el extremo de un tallo de alga marina, lo colocan entre ellas y su pareja y lo enrollan entre sus cuerpos por periodos prolongados.

Pero, ¿por qué se comprometen en esta actividad? Los investigadores sugieren que es para fortalecer los lazos sociales y promover a la vez la salud de su piel.

Esta es la primera vez que se observa el uso de herramientas en mamíferos marinos. Michael Weiss, director de ese Centro, lo reafirmó al decir que "Quedamos sorprendidos cuando vimos por primera vez este comportamiento".

Aclaro que se sabe de varias especies de ballenas que practican el "kelping": mover algas con la cabeza, las aletas y el cuerpo, probablemente para jugar o para eliminar parásitos y mantener la piel sana. Pero el nuevo descubrimiento, denominado "allokelping" (kelping con otra ballena) es diferente porque las algas son seleccionadas y recortadas (una herramienta creada de manera deliberada para uso futuro) y manipuladas por dos ballenas que trabajan juntas.

viernes, 10 de febrero de 2023

Conozca el lado tierno de la ballena asesina

Estar pendientes del hijo adulto reduce el éxito reproductivo de las orcas. Foto Hippopx


No hay madre que se sacrifique más por su hijo que la orca, a pesar de la fama de depredadoras insaciables. Lo crían y protegen incluso cuando ya está muy grande. No lo desamparan y le consigue incluso alimento.

Eso muestra una investigación publicada en Current Biology. Un caso hasta ahora único, pues las orcas sacrifican su propio bienestar reproductivo por estar siempre al lado de su cría.

Michael Weiss, University of Exeter, y colegas estudiaron un grupo de orcas aguas afuera del estado de Washington (Estados Unidos) y British Columbia (Canadá). Un grupo que ha sido monitoreado desde 1976 por el Center for Whale Research.

Querían saber si el cuidado que las orcas adultas, en particular machos, reciben de sus madres viene con un alto costo para ellas. Hallaron que por cada hijo vivo, las chances de que la madre tenga otro se reducen 50 %, un costo demasiado elevado para ellas.

Los hallazgos sugieren que hay beneficios altos también por mantener sus hijos adultos vivos y bien. Pero la población de ballenas estudiadas tiene otra característica: está amenazada por sus tasas reproductivas bajas.

Los científicos analizaron la relación de una orca con su hijo. Siempre se mantenían juntos, tocándose y flotando en la superficie y compartiendo los salmones. Uno al otro eran los mejores amigos.

La madre estaba pendiente para proveerle alimentación. Bajaba a capturar presas, comía una parte y la otra se la dejaba a su hijo, que nació hace ya 20 años.

Pero no fue solo esa pareja. En el grupo encontraron otras madres que hacían lo mismo por sus hijos adultos, teniendo una menor tasa reproductiva. Nunca dejan de estar con él y ayudarle con la alimentación.

Es más: no es extraño que cuando la madre fallece, al año o los dos años muera el hijo porque ve reducida la cantidad de alimento al no estar ella.

Un costo elevado que ellas asumen para que el hijo siempre esté bien.

jueves, 21 de julio de 2022

Detectan un par de asesinas seriales en el océano

Las orcas se convirtieron en el terror de los tiburones blancos. Foto Publicdomainpictures


De todo se ve en los mares, como ese par de orcas que se han convertido en asesinas seriales cerca de la costa Gansbaai en Sudáfrica, de acuerdo con un informe en el African Journal of Marine Science.

Desde 2017, esa pareja ha matado al menos ocho grandes tiburones blancos (Carcharodon carcharias). Y no solo eso. Parece que su interés es algo más valioso para ellas: a todos les comieron el hígado. Y a algunos hasta el corazón.

Los restos de los tiburones han sido analizados en las playas de esa costa, a donde llegan arrojados por el mar.

Esos comportamientos feroces no son ajenos a las orcas (Orcinus orca), pues se les ha visto devorando pequeños peces, otros tiburones y leones marinos. Lo que no es común es que una pareja se den sus escapadas para cazar tiburones afectando su hábitat, dijeron los autores del estudio.

De acuerdo con ellos, los tiburones blancos escasean en esa zona donde las asesinas seriales comenzaron a actuar hace cinco años. Mediante una combinación de datos de marcación y observaciones prolongadas, establecieron que docenas de tiburones han estado evitando las aguas de la costa de Gansbaai donde las orcas hacen presencia.

"Mientras más visitan estas aguas las orcas, más tiempo permanecen alejados los tiburones blancos", dijo Alison Tower,, cabeza del estudio, del Dyer Island Conservation Trust en Sudáfrica.

 Esa costa está a  120 kilómetros al este de Ciudad del Cabo. Es muy conocida porque la presencia de tiburones blancos todo el año atraía a una buena cantidad de observadores.

Con casi cinco metros de longitud y hasta 300 dientes afilados en varias hileras, los tiburones blancos son depredadores eximios, pero la llegada de la pareja de orcas a ese sector.

Tan pronto como observadores las vieron, apareció muerto un tiburón en la playa. Se sabe que son orcas mismas orcas por las cicatrices que tienen, así como una aleta caída a la derecha y en la otra caída hacia la izquierda. Por eso la gente las bautizó como Babor y Estribor.

Después, entre 2016 y 2017, fueron apareciendo más tiburones muertos. Cuatro. No tenían hígado. En ellos es grande y grasoso, buena fuente de energía, que sería lo que estarían aprovechando las orcas.

Luego, de unos seis tiburones que se veían en el día, solo aparecía uno. Le huían al par de asesinas seriales. Su ausencia ha afectado el ecosistema local. Aparecieron los tiburones cobrizos (Carcharhinus brachyurus), afectando toda la cadena alimentaria.


Nota: con aportes de LiveScience


viernes, 27 de diciembre de 2019

Qué harían las orcas sin la abuela


Familia de orcas en aguas canadienses. Foto T. Hubauer/Flickr

Nadie protege a los niños como las abuelas y esa es una historia que también pueden contar… las orcas.
Sí. Cuando las hembras post menopáusicas orcas están presentes en el grupo, las crías tienen mayor probabilidad de supervivencia, sugiere un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. (PNAS).
Es el llamado efecto abuela, tan común entre los humanos y que por primera vez se confirma en estos enormes animales marinos.
La organización de las orcas es un matriarcado. Las hembras llegan hasta los 90 años de edad. Su menopausia llega hacia los 45, por lo que disponen de media vida para transmitir información al resto del grupo familiar.
“En las ballena asesinas lo que la abuela sabe es realmente importante”, según declaró a Science Hal Whitehead de Dalhousie University, quien no participó en el estudio.
Los investigadores, encabezados por Daniel Franks de University of York, analizaron 40 años de información del censo de las poblaciones de orcas del norte y el sur. Cuando la abuela muere, la cría tiene cuatro veces más riesgo de morir en los dos años siguientes, un efecto mayor cuando no hay poblaciones de salmones disponibles.
Es que el salmón chinook, principal alimento de las orcas no nada en bancos. Cuando ellas cazan pueden sumergirse más de 150 metros y pasar 5 a 10 minutos cazando un pez. Los bebés, que pasan los primeros dos años de su vida bajo cuidado, esperan en la superficie a que su madre regrese de la cacería. Las abuelas los cuidan y defienden de algún depredador.
Se ha observado que tanto las madres como las abuelas comparten peces con los jóvenes luego de cazar.
Las madres tienden a compartir comida con sus crías machos hasta la edad adulta, pero a las hembras deja de proporcionársela cuando llegan a la madurez sexual, pero las abuelas comparten por igual.
Nadie como la abuela.