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jueves, 1 de mayo de 2025

17 factores que suben riesgo de demencia, depresión y derrame

Si se modifican comportamientos y hábitos de vida disminuye el riesgo de condiciones adversas serias para la vida. Fito Flickr


Existen 17 factores que inciden en el riesgo de derrame cerebral, demencia y depresión tarde en la vida, factores que son estilos de vida modificables y que por lo tanto pueden convertirse en unb medio para reducir el riesgo de esas tres nocivas condiciones.

La investigación fue publicada en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry y se basó en el análisis de 59 metaanálisis. 

Y aunque parecen condiciones no relacionadas, sí lo están. Las personas que tienen demencia o depresión o que experimentan un derrame es probable que tengan una de las otras dos condiciones, de acuerdo con Sanjula Singh, cabeza de la investigación, del Brain Care Labs en el Massachusetts General Hospital, citado por The New York Times.

Algunos de esos factores de riesgo son comunes a esas tres enfermedades del cerebro, incluyendo la hipertensión y la diabetes. Los estudios sugieren que al menos 60 % de los derrames, 40 % de los casos de demencia y 35 % de los casos de depresión tardía se podrían prevenir o disminuir controlando los factores de riesgo.

Pero al grano.

Los factores que protegen contra enfermedades cerebrales:

-Bajo o moderado consumo de alcohol. En este menos siempre será más,

-actividad cognitiva, involucrarse de manera regular en actividades mentales estimulantes,

-una dieta alta en vegetales, frutas, lácteos, pescado y nueces,

-de moderados a intensos niveles de actividad física.

-tener sentido del propósito de la vida,

-una extensa red social.

Los factores que aumentan el riesgo de padecer aquellas tres condiciones, son:

-Presión sanguínea alta,

-índice de masa corporal elevado,

-azúcar en la sangre alta,

-colesterol total alto,

-síntomas depresivos,

-una dieta alta en carnes rojas, bebidas azucaradas, dulces y sal,

-pérdida auditiva,

-enfermedad renal,

-dolor, en particular el que interfiera con las actividades,

-problemas del sueño: insomnio, mala calidad del sueño o dormir más de ocho horas,

-historia de persona fumadora,

-soledad y aislamiento,

-estrés general o eventos de vida estresantes.

El estudio, vale aclarar, solo miró factores relacionados con al menos dos de las tres condiciones citadas.

(Son 19 factores, pero hay dos que igual suben el riesgo o lo disminuyen: la dieta y las relaciones sociales).

domingo, 1 de septiembre de 2024

Fuerte relación entre carnes y diabetes 2

El consumo diario de carnes rojas o procesadas incide en el desarrollo futuro de la diabetes tipo 2. Foto Flickr


Desde hace mucho se ha dicho que no se debe exagerar el consumo de carnes rojas y carnes procesadas, entre otras razones porque se consideran factor de riesgo para cáncer. Pero hay más: aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

A esta conclusión llegó un amplio estudio, publicado en The Lancet Diabetes and Endocrinology, que analizó 31 investigaciones y cohortes en 20 países, incluyendo 1.97 millones de participantes.

¿Qué se encontró?

Prosigo:

Se miró el consumo de carnes rojas, procesadas y de pollo. E consumo de 50 gramos de carne procesada, o sea dos tajadas de jamón se asoció con un 15 % de mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en los siguientes 10 años; el consumo de 100 gramos diarios de carne roja sin procesar aumentó 10 % ese riesgo.

Aunque el consumo de 100 gramos diarios de pollo derivó en 8 % de mayor riesgo, análisis posteriores mostraron que no era un dato consistente, situación que sugiere la necesidad de más estudios sobre esta carne.

Para los investigadores es claro que los estilos de vida y conductas en salud pueden incidir en la asociación entre el consumo de carnes y la diabetes.

  

miércoles, 11 de agosto de 2021

Dieta vegetal mejora el cerebro y el corazón

Estudios reafirmaron beneficios de las frutas y verduras para salud humana. Foto PublicDomainPictures


Consumir frutas y verduras es benéfico para la salud. No quedan dudas. Y también para el planeta, reduciendo la presión sobre el suelo y los bosques. Pero el tema que nos interesa hoy es otro.

Tres estudios publicados casi al tiempo traen nuevos hallazgos sobre beneficios adicionales de este tipo de productos.

En el journal Neurology, investigadores mostraron que el consumo de frutas y verduras coloridas es bueno para el cerebro, reduciendo la posibilidad de desarrollar confusión y pérdida de memoria en la vejez. Esto gracias a los flavonoides, ese químico que les da a las plantas su color brillante.

Para su trabajo usaron datos de dos largos estudios de seguimiento de personas que comenzaron en los años 70 y 80, en los que respondían periódicamente cuestionarios sobre dieta y salud. Lo hicieron por 20 años, más de 100 000 participantes con edad promedio de 73 años.

Los científicos calcularon la ingestión de dos docenas de flavonoides muy consumidos, desde zanahorias a manzanas y fresas.

A más flavonoides ingeridos, menos problemas recordando cosas según respuestas que brindaban a siete preguntas.

Las otras investigaciones aparecieron en el Journal of the American Heart Association. Concluyeron que comer más alimentos nutritivos basados en plantas benefician a todas las personas, sean jóvenes o adultas, reduciendo los ataques de corazón en mujeres postmenopáusicas y adultos jóvenes, y era menos probable que desarrollaran enfermedad cardiovascular.

Cada estudio analizó un tipo de dieta diferente y un aspecto distinto de salud de los participantes. En ambos casos el consumo de una dieta mayoritariamente de frutas y vegetales como verduras se traduce en reducción del riesgo cardiovascular.

Vale decir que la American Heart Association recomienda una dieta que enfatiza variedad de frutas y verduras, granos integrales, productos lácteos de baja grasa, pollo sin piel, pescado, nueces y legumbres y aceites vegetales no tropicales, limitando el consumo de grasas saturadas y trans, de sal, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas.


domingo, 18 de abril de 2021

Hay carnes que pueden dañar al corazón

Consumo elevado de carnes rojas y procesadas puede afectar al corazón. Foto Wikipedia Commons


Hace unos años causó revuelo un informe de un organismo adscrito a la Organización Mundial de la Salud (OMS) según el cual la carne roja se asocia con un mayor riesgo de cáncer.

Un nuevo estudio trae otro hallazgo: un gran consumo de esas carnes y de carnes procesadas se asocia con un peor funcionamiento del corazón.

Se trata de un estudio observacional en 19 408 participantes, quienes reportaban su consumo de carne y los científicos estudiaban la función y la anatomía del corazón.

Se analizaron tres tipos de funcionamiento de este órgano. Primero, resonancia magnética cardiovascular para evaluar volumen de los ventrículos y del bombeo de estos. Imágenes de RMC también, con nuevo desarrollo, para ver el tamaño del corazón y la textura (que indican el buen estado de músculo del corazón). Y se analizó la elasticidad de los vasos sanguíneos (las arterias elásticas son saludables).

Tras tener en cuenta otros factores como el consumo de alcohol, tabaco, ejercicio, presión sanguínea, colesterol, diabetes e índice de masa corporal se encontró que el mayor consumo de carnes rojas y procesadas se asociaba con peor salud del corazón según los tres tipos de exámenes. Quienes más consumían tenían ventrículos más pequeños, peor funcionamiento cardiaco y arterias más tiesas.

También se estudiaron aquellas variables con el consumo de aceite de pescado, hallándose que a mayor consumo mejor función cardiaca y arterias más flexibles.

Las condiciones como la presión sanguínea alta, colesterol elevado, diabetes y obesidad, solo explicaban una parte de la deficiente condición del corazón.

Aunque no se estudiaron mecanismos que inciden en el deterioro del órgano y su funcionamiento, hay evidencias de que la carne roja altera el microbioma intestinal, elevando ciertos metabolitos en la sangre que han sido ligados a mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Un tema para evaluar en otros estudios.

El estudio fue presentado en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología.


jueves, 6 de febrero de 2020

¿Cuánta carne se puede comer en una semana?


Se sugiere reducir mucho el consumo de carnes rojas. Foto Pxfuel

¿Es bueno comer carne roja? O, mejor, ¿cuánta carne puedo comer a la semana sin aumentar riesgos de enfermedad?
Un nuevo estudio de Northwestern Medicine y Cornell University sugiere que comer dos porciones de carne roja, carne procesada o pollo –pero no pescado- por semana aumenta de 3% a 7 % el riesgo de enfermedad coronaria, y 3 % de riesgo de muerte por diferentes causas.
Los hallazgos contradicen una  comentada investigación de 2019 que concluía que la carne no se asociaba con ningún riesgo de enfermedad.
“Es una diferencia pequeña, pero vale la pena reducir la carne roja y la procesada como peperoni, bolognesa y otras”, dijo el autor senior, Norrina Allen, professor asociado de medicina preventiva en Northwestern. "El consumo de carne roja también está firmemente relacionado con otros problemas de salud como el cáncer”.
Para el investigador principal, Victor Zhong, modificar la ingestión de esas proteínas animales puede ser importante para reducir el riesgo de enfermedad coronaria y muerte prematura a nivel general.
El nuevo estudio fue publicado en JAMA Internal Medicine esta semana.
En noviembre pasado el referido meta-análisis recomendaba no reducir la cantidad de carne roja y carne procesada.
“Nuestro estudio muestra con solidez la relación con enfermedad coronaria y mortalidad”.
¿Qué comer entonces? Linda Van Hom, profesora de medicina preventiva también, expresó que pescado, comida marina y proteína de plantas como nueces y legumbres, incluyendo fríjoles y arvejas son excelentes alternativas para la carne.
Se halló también una asociación positiva entre consumo de pollo y enfermedad coronaria, pero las evidencias son todavía insuficientes para recomendar que no se consuma.
El estudio incluyó 29 682 participantes, quienes informaban cómo era su dieta.
Nota: aunque como todo estudio no es aplicable a todas las personas, no abusar del consumo de carnes rojas y procesadas no está de más.

martes, 8 de octubre de 2019

¿Nos metieron gol con el estudio de la carne?



Posible conflicto de intereses en estudio que dice que la carne roja no es nociva. Foto Needpix


¿Nos metieron el dedo en la boca? Puede ser.
La semana pasada los mundos de la ciencia y la salud, como millones de ciudadanos, se sorprendieron con un estudio que contradecía décadas de conceptos médicos: que las carnes roja y procesadas no son dañinas decía el informe científico en Annals of Internal Medicine.
Hubo revuelo, porque decenas de estudios han demostrado cómo el consumo excesivo de estas incide en enfermedad coronaria, diabetes tipo2 y distintos tipos de cáncer.
Lo llamativo es que el nuevo estudio se basó en una revisión de investigaciones sobre el tema. Fue liderado por  Bradley C. Johnson, epidemiólogo de Dalhousie University en Canadá con el concurso de una docena de investigadores de otros países.
Johnson declaró, como se hace en todo artículo científico, que no tenía conflicto de intereses en el tema (es decir, no era patrocinado ni había trabajado en el sector objeto del estudio, la carne en este caso, en los últimos tres años).
Pero se descubrió que en diciembre de 2016 participó en otro estudio que trató de desacreditar las guías internacionales que aconsejan a las personas consumir menos azúcar. También apareció en Annals of Internal Medicine y fue pagado por una institución vinculada con el sector azucarero.
Este grupo, International Life Sciences Institute, fue fundado por un ejecutivo de Coca Cola, dijo The New York Times. Y ha sido acusado por la Organización Mundial de la Salud de contrarrestar las recomendaciones públicas en salud. Del grupo también participan McDonalds, Pepsico y Cargill.
El Instituto ha reclutado científicos alrededor del mundo y cultivado alianzas con la academia para presentar pautas que contradigan lo que consideran guías anti industria de alimentos por las organizaciones de salud.
Para los editores de Annals of Internal Medicine, el artículo de la carne cumplió con los estándares exigidos para las investigaciones científica.
Y Frank Hu, director de nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard, anotó al diario estadounidense que la herramienta usada por Johnson y colegas se usa para evaluar medicinas en ensayo, no estudios dietéticos.
La discusión persiste, pero en todo esto sí parece algo extraño.
Como siempre, la sugerencia es: consumir con moderación alimentos, incluidas las carnes rojas y procesadas.