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viernes, 22 de diciembre de 2023

Oler las lágrimas de la mujer reduce la agresión masculina

Parece que en los humanos también existen las señales químicas de tipo social, como comprueba el estudio sobre las lágrimas y la agresión masculina. Foto PD


Cuando una mujer llora... el hombre puede calmarse. Sí, un estudio publicado en Plos Biology encontró que las lágrimas de ellas contienen químicos que bloquean la agresión en hombres.

 El estudio, liderado por Shani Agron, del Weizmann Institute of Science en Israel, encontró que oler las lágrimas conduce a una reducida actividad cerebral relacionada con la agresión, lo que resulta en una conducta agresiva menor.

La agresión de los ratones machos es bloqueada cuando huelen las lágrimas de la hembra. Es un ejemplo de una quimio señal social, un proceso común en animales pero menos común, o menos entendido, en humanos.

Para saber si se presentaba el mismo efecto en humanos los investigadores expusieron un grupo de hombres bien a lágrimas emocionales de mujeres o solución salina mientras jugaban un juego de dos personas. El juego estaba diseñado para generar un comportamiento agresivo contra el otro jugador, que los hombres creían que hacía trampa.

Cuando tenían la oportunidad, los hombres podían vengarse del otro haciéndolo perder dinero. Los hombres no sabían qué estaban oliendo y no podían distinguir entre las lágrimas o la solución, ambas inodoras.

La conducta agresiva de revancha durante el juego se reducía 40 %luego de que olían las lágrimas de mujeres. Cuando se repetía en imagen de resonancia se observó que las regiones cerebrales relacionadas con la agresión -la corteza prefrontal y la ínsula anterior- que eran más activas cuando los hombres eran provocados durante el juego, no eran tan activas cuando olían las lágrimas.

Hallar este link entre lágrimas, actividad cerebral y conducta agresiva implica que la quimio-señal social es un factor en la agresión humana, no solo una curiosidad animal.


lunes, 6 de noviembre de 2023

¿Cómo hacen los girasoles para seguir al Sol?

No es el fototropismo el mecanismo que lleva a los girasoles a seguir al Sol. Acá, cultivo en región de España. Foto Wikipedia Commons


Parece una pregunta tonta, pero no crean: la ciencia todavía no la ha podido resolver. ¿Cómo hacen los girasoles para seguir al Sol?

Una nueva investigación de científicos de la Universidad de California en Davis, publicada en Plos Biology, se aproxima a la resolución del enigma, aunque faltan piezas del rompecabezas.

Les explico: la mayoría de las plantas muestran fototropismo, la capacidad de crecer hacia una fuente de luz. Eso lo saben bien quienes cultivan diversos tipos de plantas en sus jardines. Hasta ahora se pensaba que era igual en los girasoles, mas el nuevo estudio dice que no.

Los girasoles mueven su cabeza creciendo un poco más hacia el lado este del tallo -empujando la cabeza al oeste-durante el día y un poco más hacia el lado oeste en las noches.

Estudio previo había demostrado que utilizan el ritmo circadiano para anticiparse a la salida del Sol y para coordinar la apertura de los ramilletes con la aparición de los polinizadores en la mañana.

Pero en esta investigación se estudió qué genes se activaban (transcribían) en los girasoles dentro de laboratorio y cuáles en girasoles en el exterior. 

En interior, crecen hacia la luz, activando genes asociados con el fototropismo, pero las plantas en ambiente exterior movían sus cabezas hacia el Sol, mostrando un patrón totalmente distinto de expresión de genes. No había aparentemente ninguna diferencia en el fototropismo entre un lado del tallo y el otro.

Al bloquear la luz ultravioleta, la roja o roja extrema no se tuvo efecto en la respuesta del heliotropismo y eso sugiere que existen múltiples vías que responden a distintas longitudes de onda de la luz para lograr el mismo fin.


miércoles, 4 de octubre de 2023

Científicos buscan hablarles a las plantas y... ¡que respondan!

Hablarles a las plantas ha sido un sueño desde tiempos remotos. Hay científicos que trabajan en eso, pero la conversación no se generará por métodos convencionales. Foto Wallpaperflare


¿Se imagina hablándole a una planta? ¿O advirtiéndole que ojo que la atacan insectos? Sí, hay muchas personas amantes de la naturaleza y las plantas que les hablan no solo en el medio silvestre sino en casa mientras las riegan o limpian. Pero ahora la conversación puede ser a otro nivel.

Un grupo de científicos de plantas en el Sainsbury Laboratory Cambridge University trabaja en hacer realidad lo que tanto se ha mencionado en ciencia ficción: cómo hablarles a las plantas. Y para ello han encontrado un sistema: la luz.

Experimentos iniciales en laboratorio con el tabaco (Nicotiana benthmiana) ha demostrado que pueden activar el mecanismo de defensa natural de la planta utilizando luz como estímulo (mensajero).

El grupo de Alexander Jones utiliza la luz como mensajera en el desarrollo de herramientas que les permitan a las plantas comunicarse con los humanos y a los humanos con ellas.

Ese grupo ya había diseñado una serie de biosensores usando luz fluorescente para comunicar visualmente en tiempo real lo que está sucediendo en el nivel celular en las plantas, revelando la dinámica de hormonas críticas para estas. Esos biosensores les pueden decir cómo están reaccionando frente a distintos estrés medioambientales, es decir las plantas 'hablando' con los humanos.

La última investigación, publicada en Plos Biology, describe una nueva herramienta, la Highlighter, que emplea condiciones específicas de luz para activar la expresión de un gen objetivo en las plantas, por ejemplo para provocar sus mecanismos de defensa, los humanos 'hablándoles' a las plantas.

"Si pudiéramos alertar a las plantas de un brote de enfermedad o un ataque de una peste, podrían activar sus mecanismos naturales de defensa para prevenir un daño mayor", dijo Jones. "Incluso podríamos informarles sobre la cercanía de eventos climáticos extremos, como olas de calor o sequía, permitiéndoles ajustar su patrón de crecimiento para ahorrar agua. Esto podría derivar en prácticas agrícolas más eficientes y reducir la necesidad de químicos".

Uno de los científicos, Bob Larsen, ha dado un gran paso en ese sentido diseñando un sistema de expresión genética controlado con luz (sistema optogenético) hecho para plantas, que ayuda a controlar con precisión un gen y podría ser útil para trabajar en un amplio rango de preguntas sobre la biología de las plantas.



miércoles, 14 de septiembre de 2022

Dormir poco afecta el deseo de colaborar con los demás: estudio

A menos sueño, menor deseo de ayudar a otros. Foto Peqsels


Si usted queda con sueño y esa situación se repite, posiblemente usted es una persona que poco ayuda a los demás. Eso se desprende de un estudio publicado en Plos Biology.

No solo dormir mal pone en riesgo la salud física y mental, sino que incide en el comportamiento social. Hasta ahora este tópico poco se había explorado, pero la nueva investigación sugiere que afecta la acción prosocial de las personas.

Dormir no es una pérdida de tiempo, como sostienen algunos que se privan de un sueño reparador, sino que es la mejor forma amable de tratarnos nosotros mismos así como a las personas a nuestro alrededor, en palabras de Eti Ben Simon, investigador del sueño en la Universidad de California en Berkeley, coautor del estudio, citado por Medical News Today.

Estudios previos han relacionado el sueño pobre con déficits en el procesamiento emocional, algo que puede potencialmente reducir las conductas prosociales.

Otras investigaciones han mostrado que el sueño inadecuado deriva en una menor actividad de regiones del cerebro relacionadas con la empatía y las conductas prosociales. Esto incluye regiones cerebrales involucradas en el conocimiento social, que es la capacidad de procesar información social y responder de manera adecuada a situaciones sociales.

En el nuevo estudio los investigadores condujeron tres experimentos distintos para examinar los efectos del sueño en la conducta prosocial en los planos individual, grupal y de la sociedad.

Los participantes no dormían durante 24 horas o tenían una noche de sueño y en ambos casos respondían un cuestionario.

Cuando no dormían, tenían menos disposición a ayudar a otros que cuando dormían bien. 

Los investigadores examinaron con imágenes de resonancia las áreas del cerebro de los participantes para evaluar el impacto de la deprivación del sueño en aquellas regiones relacionadas con el comportamiento prosocial.

¿Qué hallaron? Que la deprivación del sueño reducía la actividad en las regiones involucradas en el conocimiento social mientras se cumple una tarea. El declive en la conducta de ayuda se correlacionó positivamente con la magnitud en la reducción de la actividad en las regiones relacionadas con ese conocimiento social.

El estudio también se hizo con personas que dormían aunque tenían variación en las horas dormidas cada noche, encontrándose también que a mayor reducción del sueño, menor deseo de colaborar con otras personas.