Todo lo que comienza tiene un final. El universo lo tendrá, pero mucho antes nuestro Sol ,y nuestro Sistema Solar. Y la Tierra. ¿Pero cómo será el fin de nuestro planeta? Una pregunta que diferentes estudios de la observación de las estrellas tratan de dilucidar.
Con toda seguridad, cuando la Tierra desaparezca (es probable) ya no habrá humanos en ella. Ni animales ni vida. Se habrá extinguido mucho antes, aunque está la hipotética posibilidad de que los humanos anden entonces en otro sistema estelar.
Un nuevo estudio, que usó datos del TESS (Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito), aporta una posible visión de lo que será el fin de nuestro mundo.
El Sol -nuestra estrella- se encuentra hacia la mitad de su vida. En unos 5000 millones de años su diámetro se expandirá unas 100 veces y engullirá lo que haya alrededor. Cuando ocurra, muchísimo antes no habrá vida en el planeta, porque las condiciones solares habrán hecho que el agua se evapore y muera toda forma de vida.
En el nuevo estudio, los astrónomos compararon sistemas de estrellas en la secuencia principal de sus vidas (fusionando hidrógeno, como el Sol) con estrellas posteriores a la secuencia principal, más cercans al final de sus vidas.
Hallaron que hay menos planetas en ellas. Edward Bryant, uno de los investigadores, dijo que "Observamos que estos planetas son cada vez má escasos (a medida que las estrellas envejecen)". Es decir, van desapareciendo. La comparación no significa que no hubiera habido planeta en muestras de las estrellas envejecidas, sino que estas se vuelven 'hambrientas' y se tragan sus vecinos al aumentar el radio.
Bryant explicó que "Estamos bastante seguros de que no se debe a un efecto de formación". Se explica porque "No encontramos grandes diferenciasen la masa y composición química de estas estrellas en comparación con las poblaciones estelares de la secuencia principal".
Pero la absorción completa no es la única forma como las estrellas pueden destruir planetas. A medida que crecen ejercen fuerzas de marea cada vez mayores sobre sus satélites, que provocan el decaimiento de sus órbitas, los despojan de sus atmósferas e incluso pueden destrozarlos por completo.
El decaimiento orbital es medible y es el efecto que los autores consideraron en su modelo de cómo mueren los planetas.
Para la Tierra, posiblemente, no hay escapatoria.
El estudio fue publicado en Eos.

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