Uno de los símbolos del amor son las rosas rojas, una entre los muchos colores de rosas, del blanco al amarillo, el rosado y el durazno. Cosa curiosa, al principio las rosas tenían un solo color: amarillo.
Sí, esto concluyó un análisis genético en Beijing Forestry University en China, que reconstruyó los rasgos ancestrales de estas plantas del género Rosa, miembro de la familia Rosaceae. Y al llegar hasta el ancestro común, una flor de una sola hilera de pétalos de color amarillo y siete hojas menores.
Las rosas responden por cerca del 30 % de flores y son las plantas ornamentales más cultivadas, domesticadas con éxito para reflejar preferencias estéticas de cada era.
Todo comenzó con el renacimiento del cultivo de rosasen el siglo XVIII, marcado por el cruce de antiguas rosas silvestres chinas y antiguos cultivares europeos: plantas cultivadas selectivamente mediante la intervención humana para desarrollar una característica deseable.
En la actualidad hay entre 150 y 200 especies de rosas y más de 35 000 cultivares, que representan una amplia gama de frecuencias de floración, fragancias y colores, si bien hoy por el cambio climático en vez de condiciones estéticas los cultivadores buscan rosas más resistentes al estrés como las sequías y las enfermedades, y más fáciles de cultivar.
Para su estudio, los investigadores recolectaron 205 muestras de más de 80 especies de rosas, cubriendo 80 % de lo que se denomina la Flora de China, muestras que fueron analizadas mediante secuenciación genómica.
Así determinaron que la primera rosa silvestre tenía color amarillo, con una sola fila de pétalos y hojas divididas en siete hojas pequeñas.
Además, corroboraron que el origen del género Rosa se produjo en Asia Central..
La investigación fue publicada en Nature Plants.
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