Quiérase o no, haya cansancio o estrés por la situación del coronavirus y la Covid-19, la variante omicron, detectada en Sudáfrica, da motivos pare preocuparse aunque todo indica que las vacunas siguen confiriendo protección frente a una infección severa.
Pero, ¿qué se sabe de omicron? Así, de manera escueta, de acuerdo con informes científicos y declaraciones de expertos a los medios, esto es lo que se sabe hoy:
1. Hay un declive fuerte en los anticuerpos neutralizantes de esta variante entre quienes han recibido dos dosis de las vacunas.
2. Una tercera dosis mejora las defensas frente a la variante, tanto como las dos vacunas frente a otras variantes. Se comprobó ya con las vacunas Pfizer y Moderna en Estados Unidos.
3. Es claro que se pueden infectar personas vacunadas.
4. Omicron se riega a una velocidad muchísimo mayor que las variantes previas del SARS-CoV-2. Cuando lleva a una comunidad la tasa de contagios crece como un línea vertical.
5. La variante se replica mucho más en las vías aéreas, pero con menos eficiencia en los pulmones y esa es buena noticia.
5. El riesgo sigue siendo mucho mayor para adultos no vacunados.
6. Hasta ahora no parece ser altamente letal, siguiendo la línea de todo ente infeccioso: si causa mucha mortalidad en los hospederos, puede ser erradicada y eso no le conviene. En Sudáfrica las hospitalizaciones son menores que por la Delta. Sin embargo una pequeña cantidad de infectados puede copar los sistemas de salud.
7. La variante recuerda algo que se olvida fácil: Covid-19 seguirá como enfermedad endémica. Su desaparición está muy lejos de ser realidad.
8. Estudio en Israel antes de omicron mostró que la inmunidad frente al virus se reduce con el tiempo incluso en personas vacunadas que han sido infectadas, los llamados superinmunes, sugiriendo que habrá necesidad de vacunación periódica.
9. Una buena noticia: nueva droga de Pfizer reduce en 88 % el riesgo de hospitalización o muerte tomada 5 días después de la aparición de los síntomas del Covid. Su disponibilidad global tardaría años.
Fuentes: Nature, NIH, NYT