domingo, 15 de junio de 2025

Tic, tac, tic, tac: la acidez amenaza los océanos

Los corales son uno de los organismos marinos que más sufre por la acidez de las aguas. La situación empeora cada vez más. Foto Wikipedia Commons


Es una reacción en cadena y cada vez será peor. Un nuevo estudio reveló que los océanos de todo el mundo están más ácidos de lo que se pensaba. La razón es una sola: las emisiones de dióxido de carbono de origen antropogénico.

¿Por qué importa? Porque la acidificación de los océanos daña ecosistemas marinos y afecta a las comunidades costeras, que dependen de aguas sanas para su supervivencia.

La investigación, publicada en Global Change Biology, determinó que la situación es peor de lo que se había visto antes. Los océanos entraron en una zona de peligro en 2020. Cada año, lógico, empeora. Y si bien son cambios que se van dando de manera progresiva, los sienten muchas especies marinas y quienes dependen de ellas.

Steve Widdicombe, director científico y subdirector ejecutivo del Laboratorio Marino de Plymouth, organización involucrada en el estudio, dijo que "La acidificación de los océanos no es solo una crisis ambiental, sino una bomba de tiempo para los ecosistemas marinos y las economías costeras". El investigador agregó que "A medida que la acidez de nuestros mares aumenta, presenciamos la pérdida de hábitats críticos de los que dependen innumerables especies marinas, lo que, a su vez, tiene importantes implicaciones sociales y económicas".

La acidificación se debe más que todo a la absorción de CO2por parte del océano. El océano absorbe alrededor del 30 % del CO2 de la atmósfera, por lo que, a medida que las actividades humanas liberan CO2, se libera una mayor cantidad en los océanos. El CO2 se disuelve en el océano, creando ácido carbónico y liberando iones de hidrógeno. Los niveles de acidez se basan en la cantidad de iones de hidrógeno disueltos en el agua; así que los mares se van volviendo más ácidos.

Peor hay más: los iones de hidrógeno se unen a los iones de carbonato en el océano para formar bicarbonato, y eso reduce el carbonato disponible para la vida marina, como los corales, las almejas y el plancton. EStos animales necesitan carbonato para sus huesos, conchas y otras estructuras naturales, que fabrican a partir de carbonato de calcio. Los investigadores miden la aragonita, una de las formas solubles del carbonato de calcio, para medir los niveles de acidez.


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