Para tener una buena vida, hasta ahora se tenían identificados dos caminos: una centrada en la felicidad donde primen las emociones positivas; u otra centrada en el significado, centrada por el propósito y la realización personal. Bueno, es lo que han dicho investigadores y académicos.
Pero, ¿no puede haber una tercera opción? Sí, y eso es lo que exploran investigadores en un estudio publicado en Trends in Cognitive Sciences.
¿Cuál es entonces esa tercera opción con la cual muchos se identifican para tener una vida plena, satisfactoria?
Les cuento lo que dice el estudio:
Resulta que algunas personas priorizan la variedad, la novedad y las experiencias intelectualmente estimulantes, incluso cuando estas son difíciles, desagradables o carecen de un significado claro.
El estudio fue dirigido por la psicóloga Erin Westgate. Ella explicó que "Esta idea surgió de la pregunta: ¿Por qué algunas personas se sienten insatisfechas cuando tienen vidas felices y significativas?". Y agregó que "Descubrimos que lo que faltaba era la riqueza psicológica: experiencias que te desafíen, cambien tu perspectiva y satisfagan tu curiosidad".
La investigación demuestra que una vida psicológicamente plena es distinta a una vida definida por la felicidad o el significado. Mientras que la felicidad se centra en sentirse bien y el significado en hacer el bien, la riqueza consiste en reflexionar profundamente y ver el mundo de otra manera. Y para una minoría significativa de personasen todo el mundo, ese tercer camino es el que elegirían, incluso si eso significara renunciar a la felicidad o al significado.
De acuerdo con Westgate y Shigehiro Osihi, coautora, la riqueza psicológica se define como una vida llena de experiencias diversas que transforman la perspectiva, ya sean externas, como viajar o afrontar nuevos retos, o internas, como absorber libros o piezas musicales impactantes.
Westgate dijo que "Una vida psicológicamente rica puede surgir de algo tan simple como leer una gran novela o escuchar una canción conmovedora". Es más, "No tiene que tratarse de acontecimientos dramáticos, pero puede cambiar la forma en que ves el mundo".
A diferencia de las experiencias felices o significativas, las experiencias enriquecedoras no siempre son placenterasni tienen un propósito.
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