En 1912 astrónomos dedujeron que estábamos camino a una colisión. En ese entonces, Andrómeda era vista como una nebulosa. Un siglo después, astrónomos con el usod el telescopio espacial Hubble tomaron nuevas medidas y concluyeron, que sí, que el choque se produciría en el futuro lejano.
Una colisión de esta clase activaría la creación de nuevas estrellas, habría más supernovas y tal vez nuestro Sol sería arrojado a una órbita diferente a la actual.
¿Última palabra? No se afanen tanto. Hay nuevos datos.
Ahora, otros astrónomos con nuevos datos del Hubble y del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) afirman que la probabilidad del choque se redujo a la mitad. Sí, 50 % de que sí se produzca, otro tanto que no.
En su estudio corrieron 100 000 simulaciones con 22 tipos de datos. Till Sawala, de la University of Helsinki en Finlandia, cabeza del estudio publicado en Nature Astronomy, comentó que "Tenemos el exhaustivo estudio de este problema que realmente incorpora todas las incertidumbres observacionales".
Su equipo incluye astrónomos de Durham University en el Reino Unido, University of Toulouse en Francia y University of Western Australia.
Predecir el futuro lejano de las interacciones de galaxias es incierto, pero los nuevos hallazgos desafían el consenso previo y sugiere que el destino de la Vía Láctea permanece como una pregunta abierta.
Sawala explicó que "Incluso utilizando los datos observacionales más recientes y precisos disponibles, el futuro del Grupo Local, compuesto por varias docenas de galaxias es incierto. Curiosamente, encontramos una probabilidad casi igual para el escenario de fusión, ampliamente publicitado, o, por el contrario, para uno alternativo en el que la Vía Láctea y Andrómeda sobrevivan intactas".
Los análisis de 2012 con datos del Hubble preveían una colisión en unos 5000 millones de años, un análisis que incluyó observaciones de entre 5 y 7 años.
Sawala comentó que "Debido a que hay tantas variables que cada una tiene sus errores, eso acumula una incertidumbre bastante grande sobre el resultado, lo que lleva a la conclusión de que la probabilidad de una colisión directa es solo del 50 %dentro de los próximos 10 000 millones de años".
Sawala dijo que "La Vía Láctea y Andrómeda solas permanecerían en el mismo plano mientras una orbita a la otra, pero esto no significa que tengan que chocar. Aún podrían pasarse una sobre la otra".
Sawala dijo que "La masa adicional de la galaxia satélite de Andrómeda, M33, atrae ligeramente más a la Vía Láctea. Sin embargo, también demostramos que la GNM (Gran Nube de Magallanes, galaxia satélite de la nuestra) la aleja del plano orbital y de Andrómeda. Esto no significa que la GNM nos salve de esa fusión, pero la hace un poco menos probable.
Ahora, si el choque no se da o si se produce, para entonces es muy probable que no existan humanos. El Sol entonces habrá muerto y la Tierra desaparecido como fuente de vida (sucederá en unos 1000 millones de años). Si los hubiera, tendrían que vivir en otro mundo muy lejos de nuestro actual sistema. Eso sí, el Universo en 10 000 millones de años seguiría existiendo.
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