Aunque vivan en la misma selva, no se mezclan. Eso era lo que se tenía claro hasta ahora. Es que un estudio dirigido por la primatóloga Crickette Sanz, de Washington University en San Luis, Estados Unidos, reveló la primera evidencia de una duración duradera entre chimpancés y gorilas en su medio natural. Dos especies amenazadas.
Con más de 20 años de observaciones, los científicos documentaron lazos sociales entre individuos de gorilas y chimpancés que perduraron durante años en distintos contextos.
Sanz, profesora de antropología biológica en Arts & Science, explicó que desde hace tiempo se sabe que esos simios pueden reconocer individuos de la propia especie y formar relaciones duraderas, pero no se sabía que eso se extendía a otras especies.
"Un ejemplo de lo que encontramos puede ser el de un individuo yendo a través de un grupo de la otra especie en busca de un individuo en particular", agregó.
La Cuenca del Congo es una área de conservación para proteger no solo a estos grandes simios sino también al elefante de la selva, a leopardos y varias especies más.
En el estudio, publicado en iScience, con datos de 1999 a 2020 se documentaron a esas especies de simios involucradas en un amplio rango de interacciones, desde juego hasta agresión.
¿Qué beneficios obtienen chimpancés y gorilas de esta interacción? Podría ser desde protección frente a depredadores, mejoramiento de las opciones de búsqueda de alimentos y otros beneficios sociales por la información compartida.
La información reunida en el estudio descarta la primera opción, la protección frente a depredadores como leopardos, serpientes o raptores. "La depredación sí es un riesgo en esta región, pues tenemos casos de chimpancés muertos por leopardos. Sin embargo el número de chimpancés en subgrupos diarios permanece relativamente pequeña y los gorilas dentro de grupos se aventuran lejos de los lugares que les protegerían", dijo Sanz.
En vez de eso, las oportunidades por alimentos parecen ser más importantes. La coalimentación en el mismo árbol representó 34 % de las interacciones, más 14 % de simios alimentándose en árboles cercanos.
Al menos 20 especies de plantas fueron el objetivo de estos simios en sus eventos de coalimentación, aumentando la comprensión científica sobre la cantidad de recursos que chimpancés y gorilas reúnen juntos para compartir.
En ocasiones fueron observados jóvenes de esas especies que buscaban algún individuo en particular para jugar. Una relación que expande sus competencias individuales sociales, físicas y cognitivas.
Para los científicos, una posible preocupación es que compartan enfermedades afectando las poblaciones. El Ébola, por ejemplo, surgió en poblaciones silvestres de simios y se estima que el brote de hace 20 años en África Central acabó con un tercio de las poblaciones mundiales de chimpancés y gorilas.
En la investigación participaron además miembros de Wildlife Conservation Society, University of Johannesburg (Sudáfrica) y Lincoln Park Zoo en Chicago.
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