viernes, 7 de octubre de 2022

Comer tarde engorda

La hora en que se come influye en el peso de la persona. Foto Wikipedia


No es extraño que se aconseje no comer tarde en la noche, entre otras razones por posibles problemas con el reflujo. Mas ahora hay otra razón poderosa: comer tarde... engorda.

Eso se desprende de un estudio publicado en Cell Metabolism, en el cual los científicos investigaron los efectos simultáneos de comer tarde en tres principales actores de la regulación del peso corporal y por ende en el riesgo de obesidad: ingestión de calorías, número de calorías quemadas y cambios moleculares en el tejido graso.

¿Qué encontraron? El estudio proporciona evidencia experimental de que comer tarde en la noche genera menor gasto de energía, aumenta el hambre y produce cambios en el tejido graso que combinados pueden aumentar el riesgo de obesidad.

"Encontramos que comer cuatro horas más tarde hace una diferencia significativa en los niveles de hambre, la forma como quemamos calorías luego de comer y la manera como almacenamos la grasa", explicó Nina Bujovic, PhD, del Medical Chronobiology Programen el Brigham's Division of Sleep and Circadian Disorders y autora senior de la investigación.

Los resultados indican que comer tarde tiene efectos profundos en las hormonas reguladoras del hambre y el apetito, leptina y grelina, que influyen en nuestra motivación para comer. Específicamente, los niveles de leptina, que señala la saciedad, disminuyen a través de las 24 horas cuando se come tarde en comparación de cuando se come temprano. Al comer tarde, los participantes en el estudio además quemaban menos calorías, a tasa menor, y exhibían una expresión genética del tejido adiposo hacia una adipogénesis aumentada y una menor lipolisis, que promueve el crecimiento de grasa.

Estos hallazgos expresan mecanismos fisiológico y molecular subyacentes en la correlación entre comer tarde y un mayor riesgo de obesidad.

En el estudio se tuvieron en cuenta factores como la actividad física, posición, sueño, exposición a la luz con lo cual se detectaron cambios en los diferentes sistemas de control involucrados en el balance de energía, un marcador de cómo nuestros cuerpos usan el alimento que comemos.

 

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