Otra característica desconocida hasta ahora de estos sorprendentes insectos: un enjambre de abejas genera tan electricidad que puede afectar el clima local.
Eso descubrieron científicos midiendo los campos eléctricos alrededor de las colmenas de la Apis mellifera. Detectaron que producen tanta electricidad atmosférica como las tormentas. Así, pueden tener un papel importante en la dirección del polvo para generar patrones de clima imprevisibles y su impacto fue aún ser incluido en futuros modelos climáticos.
Los pequeños cuerpos de estos insectos pueden recoger una carga positiva mientras buscan alimento, bien por la fricción de las moléculas del aire contra sus alas de rápido movimiento (más de 230 veces por segundo) o por aterrizar en superficies cargadas eléctricamente. Los efectos de estas pequeñas cargas se creían despreciables.
Pero el estudio publicado en iScience muestra quelas abejas pueden generar una cantidad increíble de electricidad.
"Solo recientemente descubrimos que la biología y los campos eléctricos estáticos están íntimamente ligados y que hay varios vínculos insospechados que pueden existir sobre distintas escalas espaciales, desde microbios en el suelo e interacciones planta-polinizador hasta enjambres de insectos y el circuito eléctrico global", dijo Ellard Hunting, biólogo, citado por Live Science. Es biólogo de University of Bristol, Reino Unido.
La electricidad estática emerge cuando los resaltos microscópicos y huecos en dos superficies se rozan, causando fricción. Esto hace que los electrones, que están cargados negativamente, salten de una superficie a otra, dejando una cargada positivamente y la otra negativa. La transferencias a través de dos superficies ionizadas genera una diferencia de voltaje, o gradiente potencial, a través de las cuales las cargas pueden saltar.
Ese potencial electrostático pueden cargar los rayosa través de la fricción de pedazos de hielo dentro de las nubes. Los efectos electrostáticos se dan en el mundo de los insectos, permiten a las abejas tomar el polen y ayuda a las arañas a hilar telarañas negativamente cargadas que atraen los cuerpos positivamente cargados de sus presas.
En el estudio, los investigadores encontraron que en tres minutos que las abejas revoloteaban en el aire el potencial gradiente sobre las colmenas aumentaba a 1000 voltios por metro, tornando la densidad de la carga de un enjambre casi seis veces mayor que las tormentas electrificadas de polvo y ocho veces más que una nube de tormenta.
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