martes, 18 de agosto de 2020

Covid-19: parece que hay ciudades con inmunidad de rebaño

Mientras más personas se infecten con el virus, más rápido se obtiene la inmunidad. Foto Pixabay


Medicinas que impidan el agravamiento de los contagiados, una vacuna que evite las infecciones o... inmunidad de rebaño. Tres caminos distintos que comenzaron a analizarse apenas inició la pandemia por el Sars-CoV-2 y la enfermedad que produce, Covid-19.

Mientras en los dos primeros asuntos se trabaja con intensidad por parte de grupos de investigación alrededor del planeta, sobre el tercero empezaron a plantearse modelos sobre algunas preguntas, varias de ellas sin respuesta todavía: ¿cuánta población necesita contagiarse para lograr la inmunidad de rebaño? ¿Cuánto dura esa inmunidad en las personas? ¿A qué costo?

La inmunidad de rebaño se relaciona con el número de personas contagiadas que no transmiten el coronavirus y eso hace que las nuevas infecciones sean más lentas hasta que se nivelen por lo bajo. Distintos modelos predicen que para lograrla se requiere que entre el 10% al 80 % de la población se haya infectado.

Y parece que hay buenas noticias para algunas regiones al menos, de acuerdo con un informe presentado por el MIT. Tras el gran pico en Florida, Texas y Arizona en Estados Unidos las semanas pasadas, parece que los casos tienden a la baja y podría deberse al número de infectados, que es varias veces mayor al reportado en los datos oficiales.

Mientras que el número de contagiados en ese país es de unos 50 000 al día, investigadores como Young Gu, uno de cuyos modelos es seguido por autoridades sanitarias, junto a otros 33, sostiene que son 450 000 infectados cada día.

Se sugiere que esa inmunidad se ha logrado en ciudades como New York, Londres, Milán y Madrid. Para Tom Britton, University of Stockholm, se debe a una combinación entre la inmunidad alcanzada por la población y las medidas de control tomadas por las autoridades y las personas.

Un caso llamativo es el de Suecia. Allí no hubo cuarentenas ni medidas de protección estrictas. El número inicial de muertes fue alto por millón de habitantes, pero se estabilizaron los casos y Britton no tiene dudas de que se debe a la inmunidad adquirida por las personas.

Exámenes de sangre de ciudadanos de New York y Miami revelan que más del 20 % ha tenido el virus.

Pero que se logre la inmunidad de rebaño no significa que se pueda volver a la normalidad que tenía el mundo hasta diciembre pasado. No. Significa que la transmisión se hará más lenta, pero habrá menos casos y otra ola será menos dura, pero sí se podrán terminar cuarentenas.

En Suecia, por ejemplo, los niños volverán a clases, sin mascarilla-

Hay que considerar además que la inmunidad no es nacional sino territorial. Mientras en Estocolmo puede ser del 30 al 40 % en el resto de Suecia del 20 %. Así es en general en todas partes: una ciudad puede llegar a niveles altos de protección, pero no las demás.

Parece contradictorio y una posible amenaza para los sistemas de salud, pero mientras más personas se contagien, más rápido se logrará la inmunidad.

Las medicinas

Otro de los asuntos de mayor interés es el hallazgo de medicinas que solas o combinadas con otras eviten que el virus afecte seriamente la salud de personas o que se recuperen antes las más gravemente enfermas y se eviten muertes.

No son drogas nuevas, sino que se han usado para otras dolencias y se ensayan para ver si controlan el coronavirus.

Tras lalboroto por el Remdesivir y una droga de uso común y barata, la dexametasona, que ya hacen parte del escaso arsenal de productos para esta enfermedad y que se usan especialmente en casos de pacientes graves, hay más en estudio.

Por ejemplo, se estudia si los suplementos de vitamina D que una persona se contagie o hace que desarrolle síntomas leves. Esto se sabe que una deficiencia de esta vitamina incide en la aparición de infecciones respiratorias como la influenza.

Un estudio en Israel, publicado el 23 de julio sugiere que hay un vínculo entre niveles bajos de la vitamina D y una mayor susceptibilidad a la Covid-19.

Este resultado ha hecho que comience a investigar más el posible efecto de esa vitamina, pero con muchos interrogantes. Por ejemplo: mucha vitamina D aumenta el calcio en la sangre y en casos severos puede dañar órganos. Por eso es importante establecer la cantidad justa.

Pero otra investigación en el Reino Unido, que fue publicada en mayo no encontró relación alguna entre la Covid-19 y esta vitamina. Por eso los estudios continúan y no hay nada claro.

De tiempo atrás se sabe, eso sí, que este elemento contribuye a un sistema inmunitario más fuerte.

Ante la situación, hay cerca de 30 estudios en marcha que analizan la relación de la Covid con bajos niveles de vitamina D y el uso de suplementos de esta para prevenir o tratar la enfermedad.


Fuentes: MIT, The Scientist

 

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