Mapa de calor del 31 de julio pasado. La Tierra arde. Imagen University of Maine
Marcas por todo lado. Récords de temperatura. Tierra recalentada y no son cuentos.
No solo julio fue el segundo mes más cálido de los registros con una temperatura 0,92° C encima del promedio del siglo pasado, sino que hubo regiones que batieron marcas.
Parece que en el Valle de la Muerte, California, se registró nueva marca de temperatura para la Tierra, con 54° Celsius el domingo 16 a las 3:41 de la tarde.
Es este valle, a -786 metros sobre el nivel del mar, el punto más bajo seco y caliente de Estados Unidos, habitado solo por unas 576 personas.
No ha sido el único lugar con calor infernal. Bagdad rompió también su propia marca con un día a 51,8° Celsius, fuera de que otras áreas del Oriente Medio han estado sobre los 50° C.
En Svalvard, a solo 1200 kilómetros del Polo Norte, Longyearbyen, el pueblo más al norte de Noruega, tuvo su propia marca de 21,7° el 25 de julio.
Una ola de calor sacudió durante varios meses Siberia, región asociada con hielos, mucho frío y el permafrost. Verkhoyansk registró 38° C, 0,7 más que la marca previa.
Olas de calores que han sacudido regiones donde las altas temperaturas no son la norma.
La Organización Meteorológica Mundial lo resume: de enero a junio la temperatura en Siberia estuvo 5° C encima del promedio y 10° en solo junio.
Una ola de calor sin precedentes por un sistema de presión bloqueado y un giro sostenido al norte del chorro de aire (corriente de viento a entre 9 y 10 kilómetros sobre la superficie).
Mas esa ola sin precedentes no habría sido posible sin la intervención humana y su aparte enorme al calentamiento del planeta, de acuerdo con análisis reportados por la OMM.
Este calentamiento ha contribuido a los enormes incendios en Siberia, que se extienden por 800 kilómetros, llegando a solo 8 del Océano Ártico. Unos fuegos que solo en julio lanzaron más CO2 a la atmósfera que lo vivido el año pasado.
Pero lo que sucede en los polos no se queda allí sino que repercute a latitudes bajas. El calor en varias regiones de Europa también ha sido insoportable este verano.
Una señal de alerta sobre lo que se viene con el cambio climático.
Nota: con información de la OMM, Antarcticacl y Servicio Copernicus del Clima.
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