Ni modo de viajar hasta allá y no hay vida para apreciarlas, pero desde el espacio el telescopio Webb observó auroras en el planeta más lejano del Sistema Solar: el gran Neptuno.
En el pasado se habían observado, en particular cuando la Voyager 2 pasó cerca del planeta en 1989. Peor han sido elusivas. Ahora con el Webb fue posible y además se detectó la huella química típica en estos fenómenos en los planetas más alejados: Júpiter, Saturno y Urano: el catión trihidrógeno, uno de los iones más abundantes en el universo.
Ver la aurora fue posible por la sensibilidad cercana al infrarrojo del telescopio espacial.
Las autoras se presentan cuando partículas energéticas originadas en el Sol son atrapadas en el campo magnético del planeta y eventualmente golpean la atmósfera superior. La energía liberada en esas colisiones crean el típico brillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario