miércoles, 12 de febrero de 2020

Este pueblo muestra cómo se puede ser verde de verdad

Aspecto del pueblo de Ii, Finlandia, ejemplo de conciencia verde. Foto Wikipedia

Sí, es un poblado de apenas unos 10 000 habitantes en una jurisdicción de 2872 kilómetros cuadrados sobre el golfo de Bothnia, al norte del mar Báltico y en la boca del río Iijoki. Dan ejemplo sus habitantes: lograron desarrollar una cultura verde. Es Ii.
En 2012, dice un informe en el portal periodístico canadiense  The Thyee, decidieron enfrentar el cambio climático y asumir las energías renovables.
No usan combustibles fósiles para calentar las viviendas en esa helada región. Lo hacen con palos de madera, paneles solares y bombeando el calor del suelo.
La electricidad y los palos de madera son generados en la localidad.
Hacia 2019 tenían su propia empresa de desarrollo, Micropolis, que ganó un reconocimiento europeo.
Entre 2007 y 2015 redujeron 80 % las emisiones de carbono.
Otras acciones que dan ejemplo, fueron:
-Preguntaron a los habitantes cómo querían un transporte sostenible. Al comienzo dijeron que querían las paradas de buses cerca de sus casas, pero luego de un piloto dijeron que mejor más retiradas, conscientes de que a menos paradas mayor rapidez. La gente se sintió mejor porque caminaba más o iba en bicicleta hasta el paradero.
Diseñaron y crearon los parques eólicos. Aunque algunos se oponían, con el diálogo y aceptando sugerencias, cuando se construyeron nadie más se quejó.
El pueblo solo consume 10 % de la energía que produce, el resto va para otras partes del país.
Aunque algunos aún usan vehículos a gasolina, hay muchos vehículos eléctricos. Tanto que en proporción a la población tienen el número más alto de estaciones de carga.
Todo el presupuesto del pueblo está atado a políticas verdes, es decir todos los Departamentos relacionan sus acciones con el clima. Las políticas verdes no son mandato de un partido político o dos, sino que son un valor local.
Y para rematar:
La educación es la base de todo. En todas las escuelas los niños miden su propio consumo de agua, calor y electricidad y tratan de reducirlo. Al final del año se calculan esos ahorros y se les reconoce a ellos 50 % de lo ahorrado. Las escuelas lo usan para comprar una mesa de billar, o sofás, o para viajes.
¿Se puede?

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